• Apostillar diplomas y títulos se vuelve una emergencia para miles que quieren respaldar sus documentos antes que los sandinistas asalten la UCA
  • Angustia lleva a cientos de estudiantes y padres de familia, cada día, a hacer fila en cancillería para legalizar sus documentos para migrar
  • Amenazas de confiscación de la UCA, asalto a otras universidades y reconocida violencia, revanchismo y brutalidad oficialista, lleva a muchos a comparar a Ortega con Hitler y a los sandinistas con los nazis

Por Café con Voz

La masiva confiscación y estatización de universidades privadas a Nicaragua, cometidas por la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, ha generado un nuevo fenómeno como producto de la angustia que embarga a miles de familias: la legalización de los documentos de estudios de los estudiantes.

Café con Voz logró hablar con estudiantes de las casas de estudios superiores recientemente confiscadas como Universidad Politécnica de Nicaragua (UPOLI), Universidad Paulo Freyre (UPF) y Universidad Popular de Nicaragua (Uponic), quienes concurrieron en los pasillos de la Cancillería de Nicaragua.

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A ese lugar asisten todas las mañanas centenares de estudiantes, profesionales jóvenes y padres y madres de familia, con fólderes con documentos de estudios como diplomas, títulos, notas de pregrado y otros papeles de estudios, que buscan ser apostillados para ser reconocidos y aceptados en los sistemas de estudios de otros países.

Apostillar es sinónimo de migración de jóvenes universitarios

Dicho de otro de otro modo, la mayoría de los cientos de jóvenes y adultos que llegan a diario a tratar de apostillar sus documentos de estudios, lo hacen con la intención de migrar para continuar, concluir o iniciar estudios en universidades y centros de estudios de otras universidades.

En otras palabras, son miles de jóvenes buscando desesperadamente la legalización de sus documentos para marcharse y probar mejor suerte en otros países.

Apostillar los documentos como diplomas o títulos universitarios, le permite a los estudiantes o graduados que sus estudios serán reconocidos en otros países, tanto para continuar estudios o acreditar documentos para buscar un empleo.

El ambiente en las filas dentro de Cancillería es de absoluta prudencia, todos hablan en voz baja y guardan pacientemente a ser llamados una vez que ingresan al área destinada para apostillar los documentos.

Maldiciones, tristeza, rabias, incertidumbre…

A veces, agotada la paciencia por la lentitud de las filas, se escucha una que otra queja y maldición contra la dictadura de turno.

De igual modo, se oyen breves comentarios de planes: “una vez que te sellen el diploma lo vas a escanear y lo subís a la nube”, le dice una joven a otra.

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“¿Qué tengo qué decir?”, le pregunta una muchacha a otra que sale ansiosa de la oficina de espera.

“Sólo te van a preguntar a qué país pensás ir, decile lo normal, a España”, le responde la muchacha con gesto de cansancio.

El trámite de apostillar el documento es gratuito, pero algo lento. La fila que la semana anterior tardaba una o dos horas, ahora se extiende hasta a cuatro horas.

El negocio del CNU con los estudiantes angustiados

Antes de venir a Cancillería, los estudiantes debieron hacer otros procesos: pedir la autenticación de sus títulos, clases, notas y otros documentos en la universidad donde estudian o cursaron la carrera.

Luego deben ir al Consejo Nacional de Universidades, órgano sandinista de control de las universidades y pedir la certificación oficial de los documentos, que cuestan 100 córdobas cada uno.

Luego con los documentos autenticados y certificados, deben ir a la Cancillería a solicitar el apostillado.

La apostilla es un documento legal de un Estado, que se adjunta al título universitario o diploma de estudios, para ser reconocido legalmente dentro de los países 100 países que integran la Convención de la Haya.

Pánico y carreras en la UCA

Café con Voz, de igual modo confirmó que docentes de la UCA están orientando a sus estudiantes a legalizar de urgencia sus documentos académicos.

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El temor, ahora masivo y con visos de pánico, es que la dictadura Ortega-Murillo finalmente confisque la UCA y en venganza política contra la última universidad autónoma de Nicaragua, borre arbitrariamente los registros académicos de cientos de estudiantes, a como lo hicieron en la UNAN-Managua y UNAN-León con estudiantes críticos al régimen sangriento y brutal de los sandinistas.

“Ahorita andan todos los muchachos y muchachas nerviosos, deprimidos, alterados, pidiendo la autenticación de sus documentos para ir en carrera a tratar de apostillar sus papeles”, dijo una fuente de la Facultad de Derecho de la UCA.

La amenaza del servil y la imagen de los nazis-sandinistas

Los temores y angustias de miles de estudiantes de esa alma mater, considerada la más importante de Nicaragua, se incrementaron luego que el reconocido camaleón político y ahora servil diputado sandinista Wilfredo Navarro, (antes servil a Somoza y al liberalismo de Arnoldo Alemán), acusara a esta alma mater de terrorista y de violar las leyes del país ante el Ministerio de Gobernación, institución represiva al servicio de las crueldades de Ortega-Murillo.

“Ahorita los chavalos andan desmoralizados, asustados, no saben sin van a continuar estudiando, tienen una incertidumbre espantosa por lo que va pasar con ellos una vez que la dictadura asalte la universidad”.

“Muchos ya piensan en no continuar y migrar, salir corriendo de esta país que parece invadido por los nazis, como muchos ven a los sandinistas”, dice un profesor de la carrera de Comunicación de la UCA que por razones obvias de seguridad, omite su identidad.

El tema del apostillado, el terror entre el estudiantado por la cercanía de los sandinistas en su centro de estudio y las urgencias por legalizar sus documentos, a criterio de un ex catedrático de la UCA, solo puede presagiar más migración, desempleo, censura y represión contra el pensamiento crítico en la última universidad autónoma de Nicaragua.

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