Tras un mes del asalto a sus instalaciones, el diario La Prensa se vio obligado entre el 15 y 16 de septiembre a despedir parte de su personal, que en número supera los 115, por la insostenible situación que atraviesa ese medio, lo que ha representado la mayor crisis dentro del periodismo nacional en décadas aseguran expertos en temas de libertad de prensa y comunicación.

Según trabajadores de ese diario consultados por Café con Voz, no se sabe con exactitud el número de periodistas afectados por esta decisión, sin embargo, sin embargo la cifra se había ubicado encima de los 116 entre los dos días, entre los trabajadores del diario Hoy, la revista Magazine, la sección de política, conductores, diagramación y a toda la sección de imprenta comercial.

Las fuentes aseguran que pese a la difícil situación y que las condiciones no son las mejores, seguirán resistiendo haciendo uso de su derecho a ejercer el periodismo de forma independiente y que la prensa aún no desaparece, ya que seguirá funcionando en su forma virtual.

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Obligados a buscar nuevas alternativas

Por su parte, Carlos Larios, uno de los periodistas afectados por la decisión, comentó que es una situación muy difícil, ya que son muchos los periodistas que van al desempleo, lo que afectará sus economías y las de sus familias.

Esto les ha obligado a buscar otras alternativas laborales o bien, otro medio de comunicación en el cual laborar, algo que se complica, debido a que los espacios en medios de comunicación independiente, se encuentran cerrados o funcionando desde el exilio, debido a la persecución de la dictadura familiar Ortega Murillo.

Ante esa situación lo que ha quedado es que muchos colegas están en el desempleo, ayudados por familiares, otros buscan como ubicarse en algún otro medio de comunicación pero obviamente, las opciones y oportunidades son pocas, son reducidas, ante esto lo que hacen muchos colegas es trabajar en otro tipo de oficios y lo que hacen muchos es abandonar del país e ir a buscar suerte a otros lados», declaró Larios, afirmando que buscará como seguir desempañando su labor de informar en otro medio.

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Caza de brujas contra el periodismo

No obstante, Braulio Abarca del Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más, manifestó que esta situación sigue siendo otra de las graves violaciones a los derechos humanos que se cometen por inconsecuencia del régimen, que embargó primeramente a través de las autoridades aduaneras, material de imprenta para evitar la circulación el rotativo, luego «con el robo arbitrario» de sus instilaciones y ahora, con las acusaciones sin fundamentos en contra de Juan Lorenzo Holman, Director Ejecutivo de La Prensa.

Además, el experto apuntó que la decisión es consecuencias de la censura que el régimen de Ortega ejerce contra las libertades públicas violando el derecho de la población a ser informados, que está reconocido no solamente en la constitución política de Nicaragua, sino, también en la Convención Americana de los derechos humanos y en el pacto internacional de derecho civil político.

Esto representa un retroceso voraz para la libertad de expresión en nuestro país, pero también es un retroceso en el tema del derecho a la información, debido a estas condiciones de sometimiento por parte de la dictadura, muchos periodistas han tenido que salir del país al exilio, ya que se encuentran en condiciones de desprotección por parte del Estado. Existe una cacería de brujas absurda en contra los que ejercen su derecho a informar y hacer informado», dijo Abarca a Café con Voz.

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Organizaciones como Periodistas y Comunicadores Independientes de Nicaragua (PCIN), han contabilizado un aproximado de 45 periodista en el exilio, debido a la represión Estatal, mucho de ellos en anonimato para salvaguardar la integridad de sus familiares y repitiendo un segundo éxodo, lo que ha repercutido en graves daños a su psicología.

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