Este primero de junio se celebra el aniversario de la Declaración de los Derechos del Niño y en Nicaragua se convirtió en una efeméride con cierta importancia, aunque no tanto como la que le antecede del día de la madre nicaragüense el 30 de mayo.

En 1959, las Naciones Unidas aprobó la Declaración de los Derechos del Niño con el objetivo de reconocer 10 principios fundamentales para garantizar el bienestar y el desarrollo de los niños, niñas y adolescentes.

El 20 de noviembre de 1989, la Asamblea de las Naciones Unidas la adoptó de manera unánime y a partir de 1990 entró en vigor. Desde entonces, 192 países la han firmado y ratificado, y se ha convertido en una herramienta legal de cumplimiento obligatorio para los Estados.

Sin embargo, en Nicaragua la celebración se ve opacada por los retrocesos en respeto a los derechos de la niñez promovidos por la dictadura sandinista.

El pasado 30 de mayo, la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, continuó su cruzada satánica en contra de la Iglesia Católica. El último acto conocido es la expulsión de tres monjas “Hijas de Santa Luisa de Marillac”, a las que luego les robaron el colegio que administraban y lo pasaron a manos del Ministerio de Educación, Mined.

“Régimen sandinista ordena la expulsión de tres religiosas de la congregación Hijas de Santa Luisa de Marillac”, denunció en Twitter la abogada e investigadora Martha Patricia Molina.

Además, la dictadura asesinó a niños en la represión, entre ellos, Orlando Córdoba (15 años), Alvaro Conrado (14 años), Teyler Lorío Navarrete (14 meses), este último asesinado de un balazo en la cabeza en un enfrentamiento de paramilitares en Managua.

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El primero de junio de 2022 el diputado sandinista y paramilitar Filiberto Rodríguez introdujo una nueva iniciativa de ley para ilegalizar a 96 organizaciones sin fines de lucro, entre estas organizaciones que trabajan con la niñez y adolescencia, como Fundación Corazón de Niña, Nicaragua (CDNIC), ubicada en Managua y Asociación Infantil de Niños y Niñas Trabajadores de Jinotega (Tuktansirpi), ubicada en Jinotega.

Pobreza en la región

Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) más de 70 millones de niños y niñas viven en situación de pobreza. Esto es más del 40% de la infancia latinoamericana, de la cual el 16.3% vive en extrema pobreza.  La pobreza extrema es el determinante social que más influye sobre la salud y la calidad de vida de las personas a nivel global.

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A criterio de la UNICEF, los gobiernos deben continuar fortaleciendo sus políticas públicas y programas con un enfoque de equidad.

“Por otra, la sociedad civil, los medios de comunicación, los líderes de opinión y las empresas, entre otros, deben tomar medidas para asegurar que todos los niños y niñas puedan ejercer sus derechos”, señala Unicef.

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