Luiz Inácio Lula da Silva, se alzó este domingo y por un estrecho margen, con la presidencia del Brasil, después de una reñida segunda vuelta con el presidente Jair Bolsonaro, quien buscaba su reelección por cuatro años más.

Con el 98 % de las urnas escrutadas y con más de cinco millones de votos nulos, Lula alcanzó el 50,43 % de los votos válidos, frente al 49,57 % del mandatario Jair Bolsonaro. 

El líder ultraderechista lideró en la primera parte del conteo; llegó a tener una ventaja de 14 puntos porcentuales y solo fue superado por su rival con poco más del 67 % del escrutinio, cuando comenzaron a ser contabilizados los votos de las pequeñas ciudades y de las regiones periféricas.

Un total de 156,5 millones de electores fueron llamados a las urnas para elegir, además del presidente, a 12 de los 27 gobernadores que fueron a balotaje tras no haber obtenido más del 50 % de los votos en la primera vuelta de las elecciones, celebrada el pasado 2 de octubre.

La elección se produjo en un clima de tensión por la polarización entre dos candidatos antagónicos.

Bolsonaro, exmilitar de 67 años, buscaba la reeleción presidencial apelando a los valores ultraconservadores de derecha, mientras que su rival, Lula, fue sindicalista y es uno de los grandes representantes de la izquierda de América Latina, que se junta con fichas como Daniel Ortega, en Nicaragua, Nicolás Maduro en Venezuela o Miguel Díaz Canel, en Cuba, todos acusados de violar derechos humanos.

Amigo de Ortega

“¿Ortega es tu amigo?”, insistió Bolsonaro en varias ocasiones a Lula, en el único debate público que sostuvieron.Brasil se prepara para una segunda vuelta y sorprende a Bolsonaro

El candidato Bolsonaro le recordó a Lula las violaciones a los derechos humanos que Ortega comete en Nicaragua.

“Ortega está arrestando a sacerdotes, expulsando monjas, cerrando canales de televisión como CNN, censurando a la radio y televisión católica, recién prohibió las celebraciones del día de la biblia, prohibió las procesiones, una falta de respeto a las religiones y lo tratas como amigo y dices que esto depende de él y no podemos hacer nada?”, criticó Bolsonaro.

Lula superó las dudas que genera el pasado de corrupción que rodeó sus años de gobierno. Ahora encara un entorno económico menos favorable y deberá gestionarlo en un clima muy polarizado y un país dividido en dos mitades, como demuestra lo cerrada que fue la elección de este domingo.

Lula se impuso por el margen más estrecho en la historia de Brasil desde 1989, cuando se recuperó la democracia tras el fin de la dictadura.

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