«Patria y Vida’, el himno libertario que se ha convertido en el grito de resistencia de la Cuba que desea un cambio político y social tras más de 60 años de dictadura, recibió el jueves por la noche, el gramófono para la mejor canción urbana en la premiere de los Grammy Latinos.

La obra musical se alzó finalmente con el Grammy Latino a la mejor canción del año, lo que provocó un festejo por todo lo alto de los artistas cubanos al grito de «¡Viva Cuba libre!». Yotuel Romero llevó la voz cantante durante la celebración y recordó cómo su madre le había pedido «tener el valor de hacer lo que mi generación no hizo».

Los premiados, vestidos todos de blanco y dibujando con sus manos la L de libertad, dedicaron su premio a todos los presos políticos, al artista encarcelado Luis Manuel Otero Alcántara y, sobre todo, al rapero Maykel Osorbo, el único de los autores del himno que no pudo estar en Las Vegas.

Maykel el ausente por cárcel

Yotuel Romero, Gente de Zona, Descemer Bueno y el Funky, que salió de Cuba sólo hace unas semanas, festejaron el premio recibido. Pero en el pensamiento de todos ellos estaba Maykel Osorbo. Este rapero es el único que permanece en Cuba, encarcelado desde mayo precisamente como castigo por su participación en ‘Patria y Vida’.

Sin duda, es una de las víctimas favoritas del castrismo por su lucha indomable y por las imágenes simbólicas que ha dejado con sus protestas, como aquella vez que blandió unas esposas en sus muñecas al grito de libertad. Sus compañeros consiguieron hablar con él antes de la gala, durante el ensayo.

«Ese pueblo fue el que hizo que nominaran nuestra canción», subrayó Osorbo, sabedor de que el nuevo himno fue cantado y gritado por miles de gargantas durante el estallido social del 11 de julio. Tan fuerte lo cantaron que se convirtió en motivo de encarcelamiento para los jóvenes más atrevidos en aquella histórica jornada.

El premio devolvió las estrofas del himno a los cubanos rebeldes transcurridos tres días del terror impuesto en la isla por policías y militares para impedir otra jornada de protesta el 15 de noviembre, cuando la Dictadura cubana mostró su pavor a que el pueblo se manifieste. Estrofas tan populares como «no más mentiras, mi pueblo pide libertad. No más doctrinas. Ya no gritemos patria y muerte, sino patria y vida. Y empezar a construir lo que soñamos, lo que destruyeron con sus manos».

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