El obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Managua en el exilio, Monseñor Silvio Báez llamó a rechazar la resignación y el victimismo, actitudes contrarias a la fe.

«Nos resignamos cuando creemos que no hay nada qué hacer, nos cruzamos de brazos y nos contentamos con sobrevivir. Caemos en el victimismo cuando en el momento trágico nos dedicamos a lamentarnos o a buscar culpables entre nosotros, quedando encerrados en un círculo vicioso de miedo y de impotencia», explicó Báez.

Nicaragua vivió el pasado 7 de noviembre la consumación de la farsa electoral montada por la dictadura de Daniel Ortega, con la que se recetó un cuarto mandato consecutivo, a través del encarcelamiento de opositores, anulación de partidos políticos e incremento en la represión. Ante esto, también exhortó a que aunque las cosas caminen de forma dolorosa, «todo llega a su final».

En contexto: Nuevamente ganó la abstención. Ortega consuma su farsa electoral.

Durante su homilía de este domingo 14 de noviembre, Báez recordó al pueblo cristiano que aunque se tenga un sentimiendo de soledad y angustia, no estamos solos.

«También a nivel social, cuando parece que los malvados se han salido con la suya y la injusticia parece haber derrotado al bien y a la verdad, Dios se hace misteriosamente presente. Por eso, no debemos desesperar ni sentirnos abrumados. El evangelio de hoy nos asegura que la última palabra la tiene Dios y que al final triunfará el bien, la verdad y la justicia», dijo Báez.

El obispo señaló que Jesús en su mensaje nos invita a ver la vida de otra manera, observando los momentos en que todo parece morir, pero que en realidad se está cerca de «echar nuevos brotes».

«Misteriosamente, desde dentro, la savia de la planta ablanda las ramas y les da consistencia hasta hacer despuntar nuevas hojitas. La planta que parecía seca y sin vida, de repente comienza a reverdecer y a echar nuevos brotes. Así es Dios. Cuando todo parece terminar, Dios está obrando para dar inicio a algo nuevo. En toda experiencia de final, hay misteriosamente escondido un nuevo inicio», añadió.

Báez, quien también es doctor en Teología Bíblica, señaló que en medio de las tormentas se debe continuar impulsados por el Espíritu de Dios.

«Somos como un pequeño barquito de velas que navega en la noche en medio de un mar agitado, pero seguro de la ruta que debe seguir. Navegamos impulsados por el espíritu de Jesús y la luz de sus palabras, que nos consuelan en la tribulación y nutren nuestra esperanza. Pasarán el sol y la luna, pero las palabras de Jesús no pasarán», concluyó Báez.

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