La Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB) está presionando a la Alianza Cívica para que de una vez se inicien las conversaciones entre los grupos opositores formados entre la Coalición Nacional y la Alianza Ciudadana, a fin de concretar la unión de la oposición de cara a las elecciones, previstas en Nicaragua para el próximo 7 de noviembre.
La Alianza Ciudadana la integran la Alianza Cívica, donde está el sector privado y parte de los movimientos de estudiantes de la rebelión de abril 2018, así como el partido Ciudadanos por la Libertad (CxL).
La «piedra» para concretar la unidad entre la Coalición y la Alianza Ciudadana ha sido que varios dirigentes de CxL, sobre todo su presidenta Kitty Monterrey rechaza a varios grupos de la UNAB, y han tratado de fracturar a la Coalición.
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«Creemos que un diálogo debe darse entre todas las fuerzas de oposición, no en fragmentos o partes. A esto responden las demandas de la ciudadanía, las que hemos asumido con responsabilidad»,dejó claro la UNAB rechazando las pretensiones de directivos de CxL.
Desde la semana pasada se esperaban que los dos bloques se sentaran a conversar sobre conformar una sola agrupación, a fin de no ir divididos en las elecciones de noviembre donde el dictador Daniel Ortega buscará reelegirse por cuarto período consecutivo.
La UNAB en su comunicado expresó: «Invitamos a la Alianza Cívica a gestionar esa reunión entre la Coalición Nacional y la Alianza Ciudadana, lo más pronto posible».
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Reiteramos a los nicaragüenses «el compromiso sostenido durante estos tres años, de empujar todos los esfuerzos necesarios para lograr una unidad opositora amplia y plural, que derrote a la dictadura en las próximas elecciones. Hemos mantenido las puertas abiertas porque es lo que nos demanda la población».
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