Emiliano Chamorrro Mendieta
La firme y valiente posición del cardenal Leopoldo Brenes y la Conferencia Episcopal de Nicaragua ante el atentado terrorista contra la sagrada imagen de la Sangre de Cristo en la catedral de Managua, ha despertado la ira y liberado el demonio de la violencia de los fanáticos sandinistas, que ahora han amenazado con asesinar a varios obispos y sacerdotes.
Las amenazas de muerte contra obispos, sacerdotes se han recrudecido en las redes sociales desde que el papa Francisco condenó los atentados contra la fe de millones de católicos nicaragüenses.
Páginas de fanáticos sandinistas lanzan crudas amenazas contra jerarcas católicos que han denunciado los actos terroristas contra las imágenes religiosas y los ciudadanos víctimas de la represión gubernamental.
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Turbas sandinistas iracundas
“Se nota que no tiene paz en su corazón, pero si sigue jodiendo, este hijo de la gran put… tranquero, le diremos, cual es la paz que va a tener, será una paz eterna, QEPD, ROLON. Plomo a estos hijos de la oscuridad, son una bola de asesino. Pagarán por sus actos”, es la amenaza que desde Facebook lanza un fanático, mostrando una fotografía de monseñor Álvarez.
El fanático se identifica con el seudónimo “Soy sandinista hasta la muerte“ y compartió imágenes del cardenal Brenes junto al embajador de Estados Unidos, Kevin Sullivan, acusándolos a ambos de “afectar“ a la dictadura Ortega-Murillo.
Otras páginas que se identifican con la dictadura, como Cachorro Sandino, también la emprenden contra monseñor Silvio José Báez, monseñor Abelardo Mata y monseñor Rolando Álvarez, a quienes llaman “hijos de satanás“.
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Culpan a la iglesia por sanciones a la dictadura
La página Molotov Digital y otras ligadas al régimen, hacen circular un mensaje en el que atribuyen la crisis política social, sanitaria y los atentados y profanaciones religiosas a la misma iglesia y a la oposición política, con el objetivo “de culpar al FSLN”.
“Atacaron: tu conciencia ambiental con Indio Maíz, tu conciencia social con el Inss, tu sensibilidad con los falsos muertos, y los falsos estudiantes, tu tranquilidad con los desmayados y muertos con Covid, tu paz mental con los entierros exprés, tu nacionalismo desde que se tomaron por asalto la bandera. Ahora quieren atacar tu conciencia y sentido de religiosidad: tu fe”, expresa la página que administra un fanático de la dictadura de Daniel Ortega y que escribió el mismo 31 de julio, luego del atentado terrorista en Catedral de Managua.
Por otro lado, se conoció que sacerdotes de la Arquidiócesis de Managua y la Diócesis de León han sido amenazados de muerte por personas vinculadas al partido gobernante.
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Campaña de terror
“Deja de seguir arrojando veneno contra mi comandante y mi gobierno que te vamos a quemar con todo y parroquia si seguís al lado de los golpistas”, fue la advertencia que hicieron a un sacerdote en la ciudad de León, quien teme identificarse por prudencia a que destruyan la iglesia.
En Managua, según fuentes de la Conferencia Episcopal, en distintas parroquias, permanecen motorizados, asediando con fotos y videos a los sacerdotes y fieles.
“Vivimos una etapa de odio, de terror, donde se falta el respeto hasta a lo sagrado; pero la Iglesia no callará… seguiremos siendo portadores de la verdad, la paz y la justicia y sobre todo, seguiremos firmes en nuestra labor evangelizadora”, expresó otro sacerdote desde el anonimato.
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Apareció el Nuncio
Monseñor Waldemar Stanislaw Sommertag, nuncio apostólico en Nicaragua, dijo hoy a la agencia The Associated Press que tiene «sentimientos de profunda tristeza y asombro» por el hecho, que se suma a recientes ataques y profanaciones de personas desconocidas contra por lo menos tres templos católicos en distintas localidades del país en los últimos días.
«Son actos delincuenciales promovidos por el odio y la división, lamentablemente muy radicados en gran parte de la sociedad nicaragüense. A uno le da tristeza frente a las situaciones de este tipo y no se encuentran razones por los hechos ocurridos», declaró el representante del papa.
El nuncio agregó que el papa Francisco está «preocupado y bien informado por mi persona» sobre el suceso, que ha conmocionado a miles de católicos en este país, donde una gran mayoría de la población profesa el cristianismo. La imagen destruida por el fuego había sido traída a Nicaragua, procedente de Guatemala, en 1638.
El Vaticano exigió una investigación seria, cuidadosa y exigente, pero la dictadura, una vez más apegada a sus guiones, determinó este 3 de agosto que el accidente ocurrió tal y como lo adelantó la vice-dictadora Rosario Murillo apenas una hora después del atentado: por una veladora.
La Policía de la dictadura determinó que el incendio “no fue intencional, descartándose acción criminal”, dijo el comisionado general de la guardia orteguista, Jaime Antonio Vanegas, en conferencia a medios oficialistas, ante los cuales afirmó que el incendio “se produjo por una combinación de elementos físicos y químicos que incidieron en la plataforma donde se ubicaba“ la venerada imagen, como los vapores de alcohol y una veladora encendida.
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