Voz de América. Los planes de Texas para arrestar a inmigrantes sospechosos de ingresar ilegalmente a Estados Unidos quedaron nuevamente en suspenso el miércoles, después de generar incertidumbre a lo largo de la frontera y la ira de México estalló durante unas breves horas porque se permitió que la ley entrara en vigor.

Una orden emitida el martes a altas horas de la noche por un panel del Tribunal de Apelaciones del Quinto Circuito de EEUU, suspendió temporalmente –nuevamente– la expansión estatal de Texas en materia de vigilancia fronteriza.

Horas antes, la Corte Suprema de Estados Unidos había allanado el camino para una estricta ley de inmigración, otorgando una victoria al gobernador republicano Greg Abbott y alentando a los legisladores republicanos en otros estados que están presionando por medidas similares.

Pero más tarde, en una orden de 2-1, un panel de la corte de apelaciones continuó el vaivén legal en torno a la ley de Texas, poniéndola nuevamente en pausa antes de los argumentos orales que estaban programados para el miércoles. No estaba claro qué tan rápido podría llegar la próxima decisión.

Durante el breve tiempo que la ley estuvo en vigor el martes, las autoridades de Texas no anunciaron que se habían realizado arrestos ni dijeron si se estaba aplicando activamente. A lo largo de la frontera en el condado de Kinney, el sheriff Brad Coe, aceptó los poderes de arresto, pero dijo que los agentes necesitarían una causa probable.

«Es poco probable que los observadores vean un cambio de la noche a la mañana», dijo Coe, cuyo condado cubre un tramo de frontera cerca de «Del Río» que hasta hace poco había sido el corredor más transitado para cruces ilegales, pero que se ha calmado considerablemente.

La Corte Suprema no se pronunció sobre el fondo de la ley. En cambio, devolvió al tribunal inferior de apelaciones una impugnación encabezada por el Departamento de Justicia, que ha argumentado que Texas está excediendo la autoridad de inmigración del gobierno federal.

La última orden del tribunal de apelaciones no incluyó ninguna explicación por parte del panel. Pero tuvo el efecto de restablecer una orden judicial emitida en febrero por el juez de distrito estadounidense David Ezra, quien reprendió la ley en múltiples frentes.

Su opinión de 114 páginas desestimó las afirmaciones de los republicanos de una “invasión” a lo largo de la frontera sur debido a un número récord de cruces ilegales. Ezra, designado por el ex presidente Ronald Reagan, también advirtió que la ley podría obstaculizar las relaciones exteriores de Estados Unidos.

Según la ley de Texas, una vez que los acusados están detenidos por cargos de entrada ilegal, pueden aceptar la orden de un juez para salir de Estados Unidos o enfrentar un proceso judicial.

El martes, la Secretaría de Relaciones Exteriores de México dijo en una declaración duramente redactada que se negaría a aceptar de regreso a cualquier persona a quien se le ordenara cruzar la frontera.

“México reitera el legítimo derecho a proteger los derechos de sus nacionales en Estados Unidos y a determinar sus propias políticas en materia de ingreso a su territorio”, dijo el gobierno mexicano. Cuatro senadores piden a Biden más sanciones para Ortega

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