La Asamblea General de la ONU aprobó este jueves, con 187 votos a favor, una resolución que pide el fin del embargo impuesto hace seis más  décadas por Estados Unidos a Cuba, una “victoria moral para la isla”, pese a que el fallo no es vinculante.

Estados Unidos e Israel votaron en contra de la resolución denominada «Necesidad de poner fin al embargo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba», que reitera el principio de la «igualdad de los Estados, la no intervención y la no injerencia en asuntos internos y la libertad de comercio y navegación internacional», mientras que Ucrania se abstuvo.

El año pasado la iniciativa tuvo 185 votos a favor y, al igual que esta vez, Estados Unidos e Israel se pronunciaron en contra. La resolución, debatida ayer y hoy en una Asamblea General de la organización que fue convocada, como todos los años, para abordar el fin de la medida, es más bien un alegato para que los estados en general no recurran a este tipo de medidas que afectan a las economías de los países que las sufren.

El texto «reafirma la igualdad soberana de todos los estados, la no intervención y no injerencia es sus asuntos internos y la libertad de comercio y navegación» y pide a los estados que «se refrenen» de aplicar leyes y medidas como el embargo a Cuba.

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Asimismo, manifiesta «su preocupación sobre la promulgación y la aplicación continuadas» de leyes como la estadounidense Helms-Burton (vigente desde 1996), que tiene efectos extraterritoriales para personas y empresas que hagan negocios con Cuba.

Desde 1992, Cuba presenta todos los años un proyecto de resolución de condena lo que denominan “bloqueo” estadounidense que marca la vida de los cubanos, dado que más del 80% vive bajo las sanciones impuestas por Washington en 1962 a la isla, a la que también incluyó en la lista de estados patrocinadores del terrorismo.

Pese a que en 2015, bajo el gobierno de Barack Obama, los gobiernos cubano y estadounidense empezaron un proceso de normalización de las relaciones diplomáticas, el embargo sigue vigente y, para sus detractores, es el principal obstáculo de desarrollo en Cuba.

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La represión del Gobierno cubano de las manifestaciones antigubernamentales en julio de 2021, que dejó más de 1.000 detenidos -unos 700 siguen en prisión con penas de hasta 25 años- y a otros los llevó al exilio, no contribuyeron al anhelado giro que se esperaba del Gobierno demócrata de Joe Biden, tras el endurecimiento de su predecesor Donald Trump.

Las autoridades cubanas calculan que seis décadas de embargo, supusieron unas pérdidas para su economía de más de 159.000 millones de dólares. Solo entre marzo de 2022 y febrero de 2023, el bloqueo habría causado pérdidas de 4.867 millones de dólares. Sin el embargo, la economía habría crecido un 9%, aseguran. La migración es «un efecto directo de la intensificación del bloqueo», advierten en un folleto distribuido a la prensa.

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