El gobierno de Panamá anunció este viernes que intensificará la deportación y expulsión de los migrantes que ingresan al país por la fronteriza selva del Darién con Colombia, para así frenar el flujo migratorio hacia Estados Unidos.

Además, Panamá impondrá nuevas medidas para controlar la escalada de migrantes, incluyendo reducir a 15 días la estancia por turismo, aumentar la exigencia de solvencia económica a 1,000 dólares y reforzar las deportaciones de personas con antecedentes penales.

«Dentro de nuestras capacidades y presupuesto incrementaremos las acciones para ir paulatinamente y progresivamente aumentando las deportaciones y expulsiones» de migrantes que ingresen de forma irregular al país, indicó en rueda de prensa, la directora nacional de Migración, Samira Gozaine.

La funcionaria advirtió que las deportaciones «se harán para todas aquellas personas que permanezcan de manera ilegal o pretendan permanecer de manera ilegal en el territorio».

No obstante, las deportaciones no se realizarán de manera masiva por el momento, según indicó la directora.

«Obviamente, tenemos recursos limitados, nos gustaría que si entran 3.000 personas (de manera irregular a Panamá) deportar a las 3.000, pero es imposible, no es operativo», argumentó la funcionaria.

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En ese sentido, explicó que comenzarán a hacerlo con aquellas personas que tengan antecedentes penales.

Las autoridades panameñas también reforzarán la seguridad en los pasos fronterizos con Colombia y cambiará de ubicación algunos puestos de control policial. Asimismo, analiza establecer nuevas tarifas y tiempos de estadía en el país.

La espesa zona selvática de 266 km de largo y 575.000 hectáreas de superficie se ha convertido en una de las rutas más concurridas por los migrantes que tratan llegar desde el sur del continente americano a Estados Unidos, atravesando, además, Centroamérica y México.

En lo que va del año, más de 348.000 personas han cruzado el Darién y las autoridades panameñas han deportado a 452 personas, según datos oficiales.

Panamá había anunciado medidas en junio

Panamá dio a conocer en junio un nuevo esfuerzo para controlar la migración ilegal a través del traicionero Tapón del Darién que se extiende por su frontera oriental con Colombia.

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Cientos de miles de migrantes se han arriesgado a realizar la peligrosa travesía por la selva en los últimos años y el flujo de este año está a un ritmo récord. La mayoría de los que cruzan están tratando de llegar a Estados Unidos.

Entonces, en abril, mientras el gobierno de Estados Unidos se preparaba para levantar las restricciones relacionadas con la pandemia que habían permitido a las autoridades devolver a los solicitantes de asilo en la frontera, anunció junto con Panamá y Colombia mayores esfuerzos en el Tapón del Darién, en su mayoría anárquico.

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