El Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, Monseñor Silvio Báez, lanzó un fuerte mensaje al Ejército y Policía Sandinistas; a quienes son sirvientes de la dictadura y a los que prefieren callar para no causar descontento. A los primeros, los invitó a la conversión y a los segundos les recordó el deber de denunciar las injusticias.

“La voz profética se alza hoy también contra los militares altaneros, corruptos y culpables de crímenes de lesa humanidad: ¡Dejen de amenazar las voces libres que claman por justicia y, si alguna vez tuvieron fe, vuelvan a Dios, pidan perdón por sus delitos y cambien de vida!”, dijo Báez.

A los voceros de la dictadura y sus cómplices los llamó a sentir vergüenza y a pedir perdón por sus errores.

“La voz profética se alza hoy contra los voceros del régimen y todos sus cómplices que por dinero se arrastran ante el poder para ser cómplices de la corrupción, servidores de la mentira y viles artesanos de ofensas. ¡Sientan vergüenza de su bajeza y, si alguna vez tuvieron fe, reconozcan que están equivocados, pidan perdón a Dios y cambien de vida!”, afirmó.

El mensaje también llegó a la Policía y a quienes se prestan a espiar a los sacerdotes en sus homilías.

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“Las voz profética se alza hoy también contra la policía que reprime, encarcela y tortura a inocentes: ¡Ustedes están para servir al pueblo, no para aplastarlo. Respeten a la gente, no sean sumisos a órdenes inhumanas. Reflexionen, pidan perdón a Dios y sirvan la justicia! La voz profética se alza hoy contra aquellos que merodean los templos para asustar y espiar a sacerdotes valientes que anuncian la palabra de Dios: ¡Reconozcan su servilismo y la inutilidad de su intento por acallar la voz de Dios. Pidan perdón al Señor, vuelvan a él y cambien de vida!”, expresó.

Fuerte crítica a los que callan las injusticias

El jerarca también  criticó a quienes siendo religiosos prefieren callar la denuncia a las injusticias para evitar el rechazo.

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“Un profeta carga sobre sus hombros la historia de su pueblo, con todo lo que implica de dolor, humillación, opresión, exilio y muerte. El profeta ve la historia con los ojos de Dios y no duda en denunciar todo lo que se opone a su voluntad. Si los profetas no cumplen con su misión son, como decía el profeta Isaías, “perros mudos, incapaces de ladrar”, refirió.

“La solución no es la indiferencia frente al mal, el resentimiento o el chisme. Lo que se debe imponer es la caridad valiente y la búsqueda del bien del otro a través de una delicada corrección hecha con respeto y amor”, añadió.

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