El Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, Monseñor Silvio Báez, llamó a los nicaragüenses a no desanimarse por el contexto adverso del país centroamericano y ante la falta de liderazgos sociales y políticos lejanos a las realidades de la población.

La homilía de Báez llega en un contexto de enfrentamiento entre organizaciones opositoras y de surgimiento de otras que proponen, entre otras cosas, llamados de unidad o exclusiones a otros disidentes por términos ideológicos o de trayectoria.

“También a nivel social podemos creer que todo es negativo. Si echamos una mirada a lo que ocurre a nuestro alrededor hay muchos motivos para desanimarnos y creer que todo ha sido inútil”, dijo el jerarca.

Agregó que “en nuestro intento por crear una sociedad nueva en la que prevalezca la justicia y la democracia, podemos desanimarnos al ver la escasez de liderazgos humildes y lejanos a la mayoría del pueblo”.

Ante este panorama aseguró que es fácil perder la esperanza al ver a tantos grupos políticos empeñados en prevalecer unos sobre otros pero ajenos al dolor de la gente.

Además señaló que nos podemos sentir también impotentes ante la crueldad prepotente de los poderosos que someten al pueblo o, peor aún, llegar aceptar como normal la represión y el miedo.

No perdamos la esperanza

“No perdamos la esperanza, no todo es negativo. También en el campo de nuestra sociedad Jesús sigue sembrando la semilla de la vida, de la verdad y de la libertad. No falta gente humilde en nuestro pueblo que sigue soñando, luchando y rezando por una sociedad nueva”, refirió.

Aseguró que a pesar del contexto adverso, la población sigue resistiendo sin resignarse a la represión.

“No faltan líderes buenos que viven olvidados de sí mismos y grupos que no temen al diálogo y sienten el dolor del pueblo. Todos ellos son la semilla de futuro. Son signos de la siembra de Dios en los corazones y en la sociedad. Esta siembra dará sus frutos”, dijo.

Dios siempre siembra esperanza

Finalmente, el jerarca hizo un llamado a tener esperanza en Dios y en su misericordia.

“Pero siempre es tiempo para sembrar. Para sembrar esperanza, misericordia y justicia, para sembrar con paciencia y sin desesperar. Los obsesionados por cosechar éxitos y ver resultados inmediatos pueden quedar defraudados. Lo que necesitamos hoy son sembradores”, dijo.

“Todos somos como tierras distraídas que dejamos que los pájaros y los espantapájaros nos roben la alegría y el amor; somos terrenos llenos de espinas, esclavos de tantas cosas que nos amarran y nos hieren; somos tierra seca, inconstantes y superficiales. Sin embargo, al mismo tiempo, todos somos también tierra buena, sedienta de verdad y de amor y siempre capaz de dar vida a la semilla de Dios”, añadió.

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