Voz de América. En el último año, los discursos de odio contra la población migrante en Costa Rica aumentaron hasta un 50 %, según reveló un informe de las Naciones Unidas publicado la semana pasada, en el que también se mencionan ataques contra personas por su género y orientación sexual, así como por el choque generación, racismo, entre otros.

La ONU registró al menos 1,4 millones de mensajes y conversaciones en las redes sociales ligadas a discursos de odio y discriminación en el último año, en comparación con los 937.000 mensajes en 2022. Si se compara la cifra actual con la de 2021, el aumento del discurso de odio fue de un 255 %, indica el informe.

Claudia Vargas, de la Fundación Arias, una organización basada en Costa Rica que asiste a migrantes, dijo a la Voz de América que esta problemática en cuanto a la xenofobia viene creciendo «desde hace tiempo», y a su criterio, «el problema» aumenta más cuando no se toman medidas para detenerlo.

Agrega que «hay algunos discursos del presidente Rodrigo Chaves que atizan la xenofobia contra la población migrante».

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“No se está haciendo nada para frenar [los discursos de odio]. Hay un aumento, desde hace rato, el país no está tomando ningunas políticas para detenerlo, hay que ir al lugar de origen y cerrar sitios que generan odio», dijo Vargas.

De acuerdo con la investigación de la ONU, la cifra de mensajes de xenofobia encontrados en redes sociales fue de 236.000, mientras que los mensajes de odio por género fueron 214.000.

Braulio Abarca, del Colectivo Nicaragua Nunca Más, una organización que documenta violaciones a los derechos humanos, coincide con la Fundación Arias en que «la incitación en redes sociales al odio y a la discriminación en contra de las poblaciones migrantes refugiadas y solicitantes de refugio» se ven incentivadas en parte desde la presidencia de la república, como en diferentes instituciones del Estado, que «han abordado de una manera violenta y basados en un discurso de odio la situación de las personas refugiadas».

Abarca menciona que desde la presidencia se han realizado aseveraciones «un poco exageradas» como, por ejemplo, que a Costa Rica los migrantes «le cuestan entre 300 y 400 millones de dólares al año».

«Quisiéramos recordar también que, tanto las agencias de Naciones Unidas como el ACNUR, así como también la cooperación internacional de la Unión Europea y Estados Unidos y otros países colaboran con este gobierno para poder atender la grave situación de las personas refugiadas y migrantes en su totalidad», subraya Abarca.

El defensor de derechos humanos señaló que es necesario que se implementen políticas públicas para el respeto de los derechos humanos de las personas migrantes y solicitantes de refugio, y que «se puedan también establecer patrones educativos, y que se establezcan acciones encaminadas al respeto y a la promoción y sensibilización sobre los derechos de las personas migrantes».

«Nos preocupa», dice el gobierno de Costa Rica

El aumento de discursos de odio «es preocupante y refleja una tendencia social», aseguró por su parte el ministro de Comunicación costarricense, Jorge Rodríguez Vives, en un discurso público.

A su vez mencionó que la lucha contra los discursos de odio y la discriminación debe ser un esfuerzo de «toda la sociedad civil».

«Este informe de Naciones Unidas nos permitirá entender nuevas audiencias y adaptar las estrategias», subrayó Rodríguez.

De acuerdo con los datos de la Unidad de refugio de Costa Rica, se estima que al 31 de diciembre de 2022 había en el país 231.847 personas solicitantes de refugio (88 % son de nacionalidad nicaragüense, 4 % venezolanos, 1 % cubanos, 1 % colombianos, entre otros).

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