Voz de América. El impulso de las “tendencias autoritarias” en varios países de la región, la falta de independencia judicial en otros y las “amenazas” constantes a la libre expresión y a la libertad plena de los ciudadanos en zonas del continente americano plantean “desafíos” de cara al cumplimiento de la Carta Democrática Interamericana, según una discusión desarrollada este martes en el seno de la Organización de Estados Americanos (OEA).

Por iniciativa de Estados Unidos y acompañado de Canadá, Perú y Guyana se puso sobre la mesa en el pleno de la OEA discutir la vigencia de la Carta Democrática Interamericana y «sus desafíos” ante el obligatorio cumplimiento para los países de la región de ese pacto jurídico ratificado en Lima, Perú en 2001.

El embajador de EEUU ante la OEA, Francisco Mora, dijo que al someter al pleno esta discusión es porque hay una clara vertiente de “autoritarismo» e inestabilidad en varios países de la región y donde las normas institucionales y democráticas están en “constante amenaza”.

“Esta reunión es una oportunidad para reenfocar e implementar los principios de la Carta Interamericana y avanzar hacia los objetivos de Estados Unidos en la OEA, nos gustaría y queremos que la OEA impulse la irrupción democrática”, dijo el embajador Mora. Consejo Permanente OEA convoca a sesión extraordonaria para analizar Carta Democrática

Revisar el alcance de la Carta a pocas semanas de la Asamblea General de la OEA en Washington es “vital” para algunas delegaciones de los países representados en el organismo hemisférico en Washington.

El embajador de Uruguay ante la OEA, Washington Abdala, actual presidente pro tempore del Consejo Permanente del organismo dijo que “la democracia cuando funciona es porque se respeta la separación de poderes, y se aplica en un territorio donde los ciudadanos son libres y pueden ejercer todos sus derechos”, y que a la democracia “no se le deben poner apellidos” como pasa cada cierto tiempo en la región; luego abrió el foro para el debate con expertos y las posturas de los gobiernos de la región.

El secretario de Asuntos Jurídicos de la OEA, Jean Michel Arrighi, convocado para poner en perspectiva la esencia y los alcances del documento en el que trabajó para su elaboración 2001, dijo que la Carta Democrática Interamericana está sustentada en la Carta constitutiva que rige al organismo y las obligaciones de los Estados desde 1948, por lo que se está ante una pieza del derecho internacional y del consenso de naciones.

Fue “la última de una larga, difícil, pero pionera evolución que vivimos en el sistema jurídico interamericano», dijo, antes de considerar asimismo que “reforzó” el ejercicio efectivo de la democracia representativa como requisito en la organización política de los Estados latinoamericanos.

Los países plantan postura

En las sucesivas ponencias de cada uno de los países fluyó en la jornada de este martes la cortesía diplomática que impera habitualmente en el salón de sesiones del organismo en la capital estadounidense, pero cada delegación ajustó su participación y lectura de la Carta Democrática Interamericana a sus objetivos gubernamentales.

La embajadora de México ante la OEA, Luz Elena Baños, le dijo al pleno que su país tiene un compromiso con la Carta Democrática y la protección de derechos humanos, pero para México “no existe un modelo único de democracia” sino que esta se debe entender como procesos “endógenos” de los pueblos.

México rechaza “el intervencionismo” de otros en asuntos internos de los países porque respeta la “libre determinación y autodeterminación” de los países, apunto.

Para el embajador de Chile, Sebastián Kraljevich Chadwick, la Carta debe ajustarse para encarar desafíos del presente -como el poder cada vez mayor de las tecnológicas, matriz de las avalanchas de “desinformación, discursos de odio” que se promueven y que ponen en “alto riesgo” a la democracia- y revalorar esas herramientas que en un principio se planteó que enriquecerían la democracia, pero que en la actualidad son cuestionadas por el efecto negativo.

En los casos de otros países de la región. como los centroamericanos Guatemala y El Salvador, donde la comunidad internacional mira con preocupación los procesos internos, y alerta de retrocesos en la institucionalidad, sus representantes destacaron que sus países son respetuosos del acuerdo internacional. Guatemala, por ejemplo, aseguró que se aproxima a unas elecciones “libres y justas” y El Salvador esgrimió que “garantiza la seguridad” y la prosperidad económica de sus ciudadanos como manda el documento ratificado hace 22 años.

Reforzamiento para mejorar aplicación

El secretario jurídico Arrighi dijo que señalar el incumplimiento de la Carta Democrática en países donde hay retrocesos “no viola el principio de no intervención, por el contrario reafirma el compromiso al respeto del derecho internacional acordado”, apuntó.

El experto Hugo de Zela, exembajador de Perú ante la OEA y exfuncionario del organismo en Washington, dijo que “hoy vivimos una situación difícil” especialmente aceptar que hay poblaciones de los países miembros del organismo hemisférico donde predomina un “grado de desencanto con el estado de la democracia representativa” y que son muchas las voces que critican el sistema democrático y hablan de reemplazarlo, lo que plantea “serios desafíos”.

Ante esto dijo que los estados miembros deben “hacer una aproximación realista” a falta de conseguir consensos en la OEA, y que los pasos para una “aplicación eficaz” de la Carta podrían venir por varis vías, dijo el diplomático, quien fue invitado a participar en el debate.

Una sería quitar el monopolio de aplicación de la Carta en la OEA sólo a los aparatos Ejecutivos de los países y trasladar poder a otras instancias de Estado como el sistema judicial y los sistemas electorales.

“Valdría la pena estudiar que otros poderes de Estado puedan recurrir a la aplicación de la Carta, me refiero a los poderes legislativo, judicial y electoral”, dijo el experto.

También dijo que se debe abordar en la OEA y lograr un “entendimiento colectivo” sobre qué se considera una alteración del orden democrático en un país porque es un tema que no está claro.

Aparte se debe dar seguimiento constante al estado de la democracia en la región con informes puntuales para cada país lo que establecería parámetros para ver su funcionamiento.

Bajo esa línea el embajador de EEUU en la OEA, Francisco Mora, dijo que el organismo debe priorizar el seguimiento al estado democrático en la región y mantener una “revisión de los procesos y las mejores prácticas” para la convivencia democrática en las Américas.

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