La diáspora nicaragüense ha realizado un arduo trabajo en el recibimiento, atención y ubicación, de los 222 ex secuestrados políticos, que la dictadura desterró a Estados Unidos el 9 de febrero de 2023.

Damaris Rostrán, de la Mesa de Trabajo New York – New Jersey, habló para a Café con Voz y explicó la manera en que avanza el proceso para ubicar a los excarcelados políticos y cómo fue la logística para recibirlos el jueves 9 de febrero en un hotel en Washington, Estados Unidos.

¿En qué momento les dicen que se preparen porque venían nicaragüenses?

Este es el trabajo de la diáspora de los últimos cinco años intensos, pero desde antes, hemos venido haciendo trabajo de organización.

Eran las seis de la mañana cuando alguien de Washington me llamó y me dijo que ya los presos estaban en el vuelo. Nunca esperé que eran más de 200, yo pensaba que solo iban a liberar a los más conocidos, pero me sorprendí.

Llamé a las personas que colaboran en la mesa de trabajo. Fuimos y en el camino iba haciendo llamadas. En tres horas ya teníamos 29 espacios para ellos.

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En el hotel hubo un trabajo de logística y atención. ¿Qué ha pasado hasta el momento? ¿Ya todos están ubicados?

Cuando llegaron al hotel, fue una de las partes más difíciles, porque había mucha energía, pero la llegada al hotel fue dura porque estaban llegando aturdidos y algunos no sabían dónde estaban.

A ellos solo los sacaron y los llegaron a subir al avión. En el hotel los estaba esperando el Departamento de Estado con toda la logística. No dejaron que los recibiéramos en el aeropuerto, sino que en el hotel.

Les quitaron los uniformes (antes de salir de la cárceles) y les dieron ropa solo para el viaje. En el hotel, se les entregó un teléfono, una bolsa con ropa, artículos de higiene y luego los llevaron al cuarto.

Se notaba que necesitaban un abrazo y ha sido el día en que más abrazos he dado. Aparte de que venían maltratados, me costó reconocer a varios.

Hay personas que no querían irse (de Nicaragua), pero tuvieron que hacerlo porque sino los devolvían a prisión. La diáspora está tan feliz como los familiares de haberles apoyardo en su llegada.

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¿Cómo se le está dando asesoría a estos excarcelados?

En los últimos días se ha creado bastante confusión. A los 222, Estados Unidos les otorgó un Parole Humanitario, que es exclusivo para ellos, por lo que no se le tiene que pagar lo que se paga a migración.

Le explicamos a la gente del Departamento de Estado, que pagar 400 dólares es mucho dinero y que estas personas vienen en contexto totalmente diferente.

Esperamos que el fin de semana tengamos la primera sesión informativa y les pedimos a todos que no le paguen a nadie un solo dólar por esto y que estamos construyendo la red para llenar información.

¿Qué pasó con las personas que llegaron?

Había tres necesidades básicas. De los 222, diez personas inmediatamente salieron del hotel porque sus familiares los estaban esperando. El viernes teníamos 100 personas que tenían algún contacto, pero 109 personas no tenían a nadie.

La diáspora los acogió y en su casa recibieron a personas por tres o cuatro meses, de estas personas que no tenían a nadie. Ese tiempo te da para hacer el trámite legal y para ir aterrizando las cosas para luego ser una persona independiente.

Fueron 109 personas acogidas por la Diáspora.

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¿Y el tema de migración?

Lo estamos trabajando y procesando. Esperamos tener una sesión informativa el próximo fin de semana con los primeros 30. Se tiene que explicar el proceso como tal y al siguiente día, llenar el formulario.

Estamos coordinando con Estados Unidos el tema de la salud, porque necesitan ponerse las vacunas y atender las enfermedades.

Además, necesitan entrar a un proceso psicológico. Muchos se despiertan llorando pensando que están en la cárcel todavía.

Hemos ido resolviendo las prioridades.

¿Qué ha pasado con el Chino Enoc, Roberto Larios, entre otros sandinistas?

Dijimos que esos casos no los podíamos resolver, porque la gente de la diáspora dijo que no los podían recibir. Entiendo que las personas que no tenían espacios eran Marlon Sáenz y Roberto Larios. El resto, entiendo que están en la Florida.

Pero con esto, el mensaje del gobierno de Estados Unidos, es que es benévolo y los trataron igual que a todos. Yo los miré en el hotel caminando libres, pasando libres y nadie los señaló.

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