Instalaciones de la OEA tomadas el pasado 24 de abril.

Mientras el Secretario General de la Organización de Estados Americanos, OEA, Luis Almagro,  aseguró que la ocupación de la sede del organismo en Managua “era predecible” debido al patrón represivo de la dictadura sandinista, la vicedictadora Rosario Murillo, anunció la confiscación del inmueble que pasará a manos del Instituto de Cultura.

«La procuraduría general de la republica que informa que el bien inmueble que ocupaba las oficinas de la deplorable OEA, la despreciable OEA, ha sido objeto de declaratoria de utilidad pública y pasará al Estado de Nicaragua», dijo Murillo en los medios de comunicación de la dictadura.

Murillo señaló que el Instituto de Cultura montará “el Museo de la infamia” en las instalaciones de la OEA.

“Quien a través del Instituto de Cultura, va a desarrollar el Museo de la Infamia. ¡Qué más infamia que ese ministerio de colonias! Todo esto es buenas nuevas, porque confirmamos la expulsión y la ratificación de la OEA como infame”, dijo Murillo brevemente.

Almagro: “Esto no tiene precedentes”

Almagro, Durante una sesión del Foro Derecha e Izquierda en el Siglo XXI, organizado por el Instituto Interamericano para la Democracia, este martes, aseguró que la acción de la dictadura no tiene precendentes en la historia del organismo interamericano.

“La violación a las instalaciones y a los documentos de la OEA va en concordancia con ese régimen despótico de determinadas dictaduras que no solamente se colocan encima del estado de derecho interno (…) sino también pretenden colocarse por encima del derecho internacional”, afirmó.

Almagro señaló que envió un informe a la presidencia del Consejo Permanente de la organización con el detalle de la toma de sus instalaciones en Managua.

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“La OEA tenía en curso la aplicación de la Carta Democrática y su artículo 21 que había avanzado muy rápido en el último tiempo. Anoche enviamos un informe a la presidencia del Consejo Permanente sobre lo ocurrido y serán los países los que determinarán el curso a seguir sobre esto”, dijo Almagro sin especificar si el Consejo Permanente convocará a una sesión extraordinaria para abordar el tema.

En el informe enviado por Almagro a la presidente del Consejo Permanente, la embajadora Elizabeth Darius Clarke, señala que ni en las peores dictaduras de la región, incluyendo la de Anastasio Somoza, había ocurrido algo similar.

“Estamos ante la violación de las más elementales normas que regulan las relaciones entre Estados y Organizaciones internacionales, abriendo un precedente que la región no había conocido hasta ahora”, dice el informe.

En el foro, Almagro refirió que la oficina de la OEA en Nicaragua carecía de estructura diplomática (personal) y que únicamente servía de apoyo a misiones que enviaba la organización al país centroamericano.

No obstante, la dictadura sandinista no permite el ingreso de comisiones diplomáticas de organismos regionales a partir de 2019.

“Nosotros solo manteníamos una oficina abierta que era una especie de apoyo a las misiones que enviábamos, como la que liberó a los presos políticos en 2019. Es distinto cuando hay una estructura de servicio exterior en funcionamiento”, señaló.

Las obligaciones de la dictadura ante la OEA

Por otro lado, Almagro recordó a la dictadura que aún persisten sus obligaciones ante la OEA.

“El régimen sigue sujeto a las obligaciones con la organización. El proceso para retirarse de la OEA es más largo que simplemente dar un portazo e irse”, dijo.

El informe presentado por Almagro a la presidencia del Consejo Permanente, establece que el artículo 133 de la Carta de la OEA plantea que el organismo goza  de inmunidades necesarias en territorio de cada uno de sus miembros.

Además, reitera a la dictadura sandinista, que en 1949 se celebro el “Acuerdo sobre privilegios e inmunidades de la OEA”, ratificado por Nicaragua el 25 de enero de 1961.

También recuerda que el 2 de octubre de 1989, Nicaragua suscribió el Acuerdo General entre la Secretaría General de la OEA y el gobierno nicaragüense sobre el funcionamiento de la Oficina de la Secretaría General y el reconocimiento de sus privilegios e inmunidades, a través de la firma del canciller sandinista y sacerdote Miguel d´Escoto Brockman.

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El pasado domingo, la Policía Sandinista rodeó la sede de la Organización de Estados Americanos, OEA, luego que la dictadura sandinista retirara las credenciales de sus representantes ante el organismo y ordenara el cierre de sus oficinas en Nicaragua.

A través de imágenes divulgadas por los medios de la tiranía sandinista, se observa un dispositivo policial de oficiales de la Dirección de Operaciones Especiales, DOEP (Antidisturbios), fuertemente armados rodeando las instalaciones, acompañados de una batería de periodistas oficialistas.

Los medios de la tiranía justificaron el hecho bajo el argumento de que los oficiales “resguardan” la sede de la OEA.

Más temprano, el canciller de la dictadura, Denis Moncada Colindres aseguró que los representantes de la dictadura fueron despojados de sus cargos al retirarse el país centroamericano de las actividades del organismo; y que la sede del organismo en suelo pinolero “cerrará”.

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