La Comunidad Internacional presume que en Nicaragua la dictadura comete actos de tortura contra los prisioneros políticos y reos comunes debido a las violaciones en los procesos judiciales, la retardación de justicia y la falta de acceso a la misma.

El especialista en temas de Derechos Humanos, Uriel Pineda, considera que debido a que la dictadura de Daniel Ortega no permite que se abran procesos de investigación a los métodos de justicia aplicados en Nicaragua, la comunidad internacional puede presumir que en el país centroamericano se cometen actos de tortura.

“Tanto las denuncias de tortura como la violación al debido proceso conllevan a delitos de lesa humanidad. Si bien no se ha podido corroborar la tortura, pero la detención arbitraria es una modalidad de crímenes de lesa humanidad”, dijo Pineda en una entrevista a Café con Voz.

Los familiares de reos políticos han denunciado reiteradamente que los procesos judiciales se encuentran suspendidos y que las autoridades argumentan que se debe a “saturación laboral”

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“Eso no es sustentable. Cuando vemos los antecedentes de la justicia en Nicaragua y nos damos cuenta que en los últimos 20 años ha habido una transición, observamos que la mora judicial ha sido inexistente. Argumentar eso es irrisorio e irresponsable”, expuso Pineda.

“Esta retardación de justicia se está presentando solo en los casos de presos políticos”, añadió.

La diplomacia está en deuda con los derechos humanos

Pineda expuso que son comprensibles las acciones de la OEA, que avanzan a pasos lentos, debido a factores diplomáticos, pero que es poco satisfactorio para víctimas del régimen.

“A la OEA se le acaba el tiempo para articular acciones tras el anuncio del régimen de denunciar la carta democrática. Puede ser comprensible dentro del lenguaje diplomático, pero insatisfactorio para los que sufren represión, los encarcelados y los que están en el exilio”, señaló.

Con relación a la salida de Nicaragua de la OEA, consideró que esta acción perjudica más a la dictadura nicaraguense de cara a sus relaciones diplomáticas y comerciales bilaterales.

“El aislamiento de Nicaragua legitima cada vez más la toma de medidas unilaterales por parte de los Estados hacia el régimen. Cuando un país se retira de un foro regional se legitima a la comunidad internacional a actuar de manera individual”, explicó. 

En ese sentido, añadió que las presiones unilaterales e individuales de la comunidad internacional, podrían causar más daño a la dictadura que en los foros regionales.

“Algunos aliados del régimen obstaculizan las acciones colegiadas en los foros internacionales. Ortega está abriendo el margen de opciones para crear conflictos bilaterales con las naciones individualmente. Ortega está autorizando a la comunidad internacional a tomar sanciones individuales”, dijo.

También consideró que el Estado policial instaurado por la dictadura, no se puede sostener en el tiempo a la vez que Nicaragua se aleja del cumplimiento de las obligaciones internacionales puesto que estas acciones inciden en el detrimento de la economía de Nicaragua.

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