En un 19 de julio más, el dictador Daniel Ortega solo pudo presentar como gran invitado al canciller de Abjasia, Kove Daur, un pequeño país reconocido solo por tres naciones en el mundo y trabajadores del Estado, evidenciando la soledad nacional e internacional que atraviesa luego de la peor crisis sociopolítica que ha enfrentado desde abril de 2018.

En un acto donde el dictador Daniel Ortega compareció en ocasión del 42 aniversario de la Revolución de 1979, que antes se solía recordar a las víctimas, líderes y el derrocamiento de la dictadura Somocista y que ahora se convirtió en un culto a su personalidad, el nuevo dictador de Nicaragua solo se hizo acompañar del canciller de Abjasia, un pequeño país de un poco más de 250,000 habitantes y que solo es reconocido por Venezuela, Cuba y Nicaragua tras su separación de Georgia en 1992.

Los Nicolás Maduro, los Raúl Castro o sus cancilleres y los «grandes representantes de la izquierda» en el mundo brillaron por su ausencia. Ortega se vio en el detritus, rodeado solamente en una esotérica estrella de cinco picos por sus trabajadores del Estado y altos mandos de la policía y ejército sandinista, Poder Legislativo, Electoral y Judicial, así como de su familia.

«La delegación de Abjasia llegó para confirmar una vez más nuestra amistad incondicional con el hermano pueblo de Nicaragua y su lider el comandante Daniel Ortega Saavedra» fueron parte de las palabras compartidas por el canciller Kove Daur.

En sus acostumbrados saludos, Ortega dedicó palabras para elogiar a la recién impuesta presidenta del Consejo Supremo Electoral (CSE),Brenda Rocha y a la magistrada de ese mismo Poder del Estado, Alba Nubia Baltodano, a quienes llamó “heroínas”.

Ortega, de 75 años, dijo que ambas fueron guerrilleras y han sido parte de las únicas que se han quedado “defendiendo la revolución”.

En el acto exclusivo donde no tuvieron entrada los simpatizantes, que se quedaron a las afueras de la plaza, la ceremonia inició con canciones que hablan del embajador de los Estados Unidos en Nicaragua, donde lo ofenden e instan a que se quite el puesto de representante de su país y que deje de hablar y respete la soberanía. Luego de esas canciones, por fin sonó el himno nacional.

En su intervención, Daniel Ortega habló de la economía del país, aduciendo que va creciendo, pesar de que las cifras del Banco Central de Nicaragua y economistas independientes demuestran que la pandemia y la actual crisis socio-política ha hecho que más de 200,000 nicaragüenses queden en el desempleo, sumado a eso, la oleada masiva de ciudadanos que huyen de Nicaragua a otros países por la falta de empleo y la persecución política.

El dictador nicaragüense despotricó en contra de las fundaciones Violeta Barrios de Chamorro (FVBCh) y Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides), a las que acusa de lavado de dinero y financiamiento al terrorismo.

«Se están llevando a cabo las famosas fundaciones para ser utilizados e intentar destruir al pueblo nicaragüense y han fracasado y ahí están haciendo cuentas donde se están llevando a cabo las investigaciones de millones y millones de dólares, y a pesar de la pandemia que esto ha afectado el trabajo, el empleo, aquí en Nicaragua tenemos una tendencia en la economía, hacer cada día más estables, más fuertes en la economía y como se molestan cuando  escuchan los informes de los organismos internacionales donde reconocen que Nicaragua va en un buen paso económico, donde va bien ejecutando los programas, con nuevos puestos de salud, carreteras, el trabajo con los emprendimientos. El golpe del terrorismo que quería acabar con la revolución, luego la pandemia, a pesar de todas la agresiones extranjeras nuestra economía sigue creciendo», dijo.

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Busca congraciarse con sus servidores

Luego de dos años sin incrementar el salario mínimo para los trabajadores del Estado, responsabilizando a la oposición tras el supuesto intento de golpe de Estado fallido, el que según el, provocó daño a la economía nacional, el dictador de Nicaragua anunció el incremento del cinco por ciento en la paga mínima.

Esto supone que de igual manera, aumentará la recaudación de impuestos, cuya meta para cerrar el 2021 es de 75 mil 101.4 millones de córdobas.

«Hemos pasado un buen tiempo sin incrementar salarios por la situación difícil que hemos enfrentado, sin embargo, podemos anunciar con todo orgullo, que a partir del mes de agosto se pone en practica un ajuste del presupuesto de un 5%, lo que incluye los salarios básicos, antigüedad, aguinaldo, INATEC, etc, de la disciplina del control de gasto de la recaudación», dijo el dictador.

El anuncio de Ortega se da en medio de un año electoral, en el cual busca continuar reeligiéndose como presidente como lo ha venido haciendo desde el año 2007. Asimismo, aprovechó el momento para arremeter en contra del sector privado, el cual desde 2018 se distanció del mandatario sandinista por la represión desatada en contra de estudiantes ese mismo año.

Ortega y su enemigo imaginario

Por otro lado, a como es de costumbre, Ortega volvió a atacar a Estados Unidos, a quien acusa de financiar el terrorismo y hacer lavado de dinero en Nicaragua para tratar de dar un golpe de Estado.

Además, expresó que su régimen no permitirá la injerencia estadounidense, haciendo clara alusión a las sanciones impuesta sobre más de 25 de sus funcionarios, incluyendo a su mujer e hijos y servidores más cercanos.

“Estamos viviendo en un mundo cada vez más sacudido por las pretensiones de los gobernantes norteamericanos, de querer imponer su hegemonía, de querer hacerse los amos y señores del planeta, no terminan de entender que ya esa etapa, donde el imperialismo tuvo un período que era temporal, por tanto un período de hegemonía cuando se rompió el equilibro entre la Unión Soviética y EE.UU, que ese momento de hegemonía que tuvo fueron segundos y eso desapareció. Ahora los pueblos en todo el mundo están luchando”, resaltó.

También dijo que Nicaragua está ubicada en un punto estratégico para la construcción del Canal Interoceánico, un proyecto fallido que pretende expropiar a miles de campesinos por donde pasaría la ruta de los barcos.

“Es por eso que esta es una lucha que tiene que ver con los intereses globales del imperio que quiere dominar todos los países. Quiere someter a las potencias, en lugar de entenderse con las potencias. Quiere someter a la Federación Rusa, quiere someter a la República Popular China, ¡están locos! Quieren someter a potencias y a naciones como Nicaragua que estamos en un punto estratégico y de ahí viene la persecución del yanqui sobre Nicaragua, porque aquí no hay más que un gigantesco recurso que es el canal por Nicaragua y ellos no quieren y nunca han querido que se construya, sino son ellos los dueños”, agregó.

Fue Ortega quien entregó la soberanía de Nicaragua, al chino Wang Jing, para la construcción de un canal que nunca fue, pero cuya ley sigue vigente en amenaza de miles de campesinos que podrían ser despojados de sus tierras en la ruta trazada para el fracasado mega proyecto .

Critica a sus antiguos aliados

Al parecer, Ortega no ha recibido una respuesta a las pretensiones de querer reconciliar su amorío con el gran capital nicaragüense, con el que mantenía una relación que les permitió ganar millones de dólares al margen de la violación de derechos humanos y que llegó a su fin con el levantamiento cívico de abril de 2018.

Ortega ocupó parte de su discurso para los empresarios a quienes llamó miserables por “seguir gozando” de las riquezas en Nicaragua.

“Estos empresarios miserables, maldicen la vaca y se beben la leche… a pesar de que han querido destruir la economía y han asesinado, sembrado el terror, han puesto en práctica el terrorismo en Nicaragua; han lavado millones de millones de dólares en Nicaragua para sembrar el terrorismo, han fracasado. Y a pesar de la pandemia aquí en Nicaragua tenemos una tendencia en la economía a ser cada día más estables, ser cada día más fuertes”, vociferó.

Llama a armar a la ciudadania en pleno año electoral

También, dijo que sus ideales de “defensa de la soberanía de Nicaragua”, por lo que dijo contar con el ejercito y policía sandinista, sumados “a su pueblo” quienes están armados para no ser aplastados.

“Tenemos que seguir luchando con el pueblo unido. Porque el pueblo unido, ¡jamás será vencido! Y con el pueblo armado, ¡jamás será aplastado; tenemos una Policía que está dedicada de lleno también a la lucha por la seguridad ciudadana. Por eso les digo: el pueblo unido jamás será vencido y el pueblo armado jamás será aplazado”, amenazó.

Los organismos de derechos humanos internacionales, así como diferentes países han manifestado que Daniel Ortega se valió de paramilitares y la sancionada policía sandinista para reprimir, asesinar y limpiar las barricadas que, desde abril de 2018, los nicaragüenses montaron en las principales vías del país para defenderse de los ataques.

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