Por Emiliano Chamorro Mendieta

La dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo no solamente ha señalado a la Iglesia católica y su jerarquía de golpistas, sino que ahora están dispuestos a tomarse las celebraciones religiosas según amenaza de un paramilitar sandinista.

Así lo advirtió Camilo Báez, uno de los jefes del paramilitarismo en la ciudad de León, mediante un video en redes sociales.

“Las tradiciones también son del pueblo. Ningún obispo, ningún sacerdote nos va decir que no vamos a celebrar las tradiciones populares; así como en Managua celebraron Santo Domingo de Guzmán y el pueblo salió a las calles con fervor, con alegría a celebrar esa dicha en fe, familia y comunidad, este 14 de agosto, en León, vamos a celebrar la Griteria Chiquita”, advirtió el fanático.

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Ladridos y rebuznos

Justificó tomarse la celebración religiosa asegurando: “nosotros no dependemos de una iglesia, somos un país laico, no estamos subordinados a una iglesia, entiéndanlo, sacerdotes golpistas”.

Báez es hijo de la diputada orteguista Gladys Báez, quien además de paramilitar es un operador político de la dictadura en los barrios de León, donde ha sembrado el terror al amparo de la sancionada policía sandinista y el esbirro Fidel Domínguez.

Por otro lado, insultó a los sacerdotes y obispos de la Iglesia, amparado en la impunidad que le da ser parte del régimen.

Valiente contra los curas

“Son ustedes los principales promotores de la destrucción de Nicaragua y quieren volver hacerlo en el 2020 y no se los vamos a permitir, así que padres golpistas pongan su barba en remojo porque el pueblo ya los conoce», ladró el delincuente político, antes de ofender al Clero.

«La mayoría son borrachos, la mayoría son pedófilos, la mayoría son homosexuales, comiencen a limpiar la casa desde adentro y cuando limpien la casa desde adentro pueden ver qué es lo que pueden hacer afuera”, dijo el paramilitar.

Báez también rebuznó a los obispos que si quieren ser políticos que se quiten la sotana.

“No nos dejemos manipular de estos golpistas fracasados que buscan la manera de desestabilizar al Gobierno, si quieren sacerdotes entrar a la política, quítense la sotana… el pueblo ya se está encachimbando y la paciencia tiene un límite”, advirtió el fanático paramilitar.

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