Por Luis Galeano

Fue una desagradable sorpresa con sello de calculada intención de la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia (ACJD): un comunicado emitido un viernes por la noche, con el fin de semana en puertas, para acusar al Partido Liberal Constitucionalista de antidemocrático en sus estructuras internas y justificar de esta manera la renuencia para firmar los estatutos de la Coalición Nacional con otras organizaciones políticas y civiles.

El comunicado textual, denominado Posición de la situación actual sobre la Coalición Nacional señala que “dada la profunda crisis que vive nuestro país debido a la pandemia de Covid-19, consideramos que nuestras fuerzas y esfuerzos deben estar centrados en este momento en solidarizarnos con las familias nicaragüenses que han sufrido la muerte de seres queridos y con el personal médico y sanitario que, además de la muerte de muchos de ellos, está enfrentando despidos, demandas y ataques arteros de la dictadura“.

La ACJD, dice en su comunicado, que consideran un “avance importante“ de la Coalición Nacional el documento de estatutos que ha sido discutido en su Mesa Multilateral, pero estiman que las limitaciones de la pandemia “han impedido que la discusión trascienda este espacio de coordinación (Mesa Multilateral) y que el documento sea apropiado por las personas que deberán trabajar políticamente bajo esas premisas. Es nuestra opinión que se requiere más tiempo para su discusión y ratificación definitiva“.

Coalición Nacional
La Alianza Cívica le dijo No a los estatutos de la Coalición Nacional

La culpa es de los “dedazos“

Y luego, acusan los dedazos del aliado Partido Liberal Constitucionalista (PLC), como causa para tomar distancia de la alianza política.

El antecedente es corto: fiel a las malas prácticas internas, el ex convicto por actos de corrupción, ex presidente de Nicaragua y presidente honorario y vitalicio del PLC, Arnoldo Alemán, junto a su esposa y diputada María Fernanda Alemán, ignoraron el mandato de la convención nacional de su partido en 2019, que exigía que los cargos de directivos nacionales, incluyendo los del Comité Ejecutivo Nacional, fueran designados mediante votaciones de las bases y de los correligionarios en actas legales…

Ellos, una vez más, designaron con al dedo a 44 cargos de directivos nacionales, municipales y ejecutivos por fidelidad al viejo y decadente caudillo liberal que pactó en el año 2000 reformas constitucionales con el Frente Sandinista de Liberación Nacional, que permitieron el retorno y control de la dictadura orteguista sobre el estado nicaragüense.

PLC y Alianza Cívica
El PLC y miembros de la Alianza Cívica, antes de la ruptura y el cisma en la Coalición Nacional

Arnoldo no se compone

En declaraciones a Nicaragua Investiga, Alemán justificó sus actuaciones diciendo que la Alianza Cívica ha querido excluir a miembros del PLC “y nadie debe quedar fuera, ahí debe alcanzar Raymundo y todo el mundo“.

“Esto es aún más relevante dada la situación que se ha presentado, dentro del Partido Liberal Constitucionalista (PLC), una situación irregular debido a la forma en que fueron designados cargos directivos sin seguir un proceso de participación democrático. Esto ha provocado un litigio dentro de sus filas que el Consejo Supremo Electoral (CSE), en manos de la dictadura, debe resolver“, dice la Alianza Cívica.

“Esto pone al PLC en un impasse complejo y de consecuencias imprevisibles. En la sección de los principios y valores de la propuesta de estatutos actualmente en discusión, todas las organizaciones acordamos promover la democracia interna en nuestras estructuras. La implementación de métodos democráticos e incluyentes forma parte de los principios de una nueva forma de hacer política a través de la participación democrática, libre y competitiva, legitimando la voluntad de los votantes“, dice el documento.

Arnoldo Alemán y Daniel Ortega, en el pacto del año 2000 que permitió reformas constitucionales que la permitieron a Ortega regresar al poder y entronizarse en una dictadura sangrienta que ya lleva 13 años mediante la fuerza represiva y el fraude electoral.

“No firmamos, pero seguimos“

“Dado que es condición dentro de la Coalición Nacional que los partidos y organizaciones que la componen y que aspiran a un proyecto democrático para Nicaragua, practiquen a lo interno normas democráticas, nos preocupa firmar en este momento un documento de estatutos, cuando existen problemas de esta naturaleza en uno de los partidos firmantes“, justifica la Alianza Cívica, dando un portazo a los esfuerzos de la Unidad Nacional Azul y Blanco y sus organizaciones aliadas por crear una coalición organizada.

Si bien la ACJD no se retira de la Coalición Nacional, su posición en torno a la firma de unos estatutos que le den carácter institucional, debilita la conformación de una alianza legal: “Reiteramos nuestra presencia en la Coalición Nacional y nuestro derecho al disenso en ocasiones como ésta cuando aún consideramos que se necesitan condiciones más claras y transparentes que den solidez a los documentos que todos firmemos“.

“¿Se acabó lo viejo, Max?“

Días antes de esta comunicación, previendo esta posición, renunció a la Alianza Cívica el ex preso político Edwin Carcache y el comentarista político Jaime Arellano cuestionó a la organización.

Tras el anuncio de la Alianza Cívica, Violeta Granera, de la Unidad Nacional Azul y Blanco, expresó su desacuerdo con la decisión de sus aliados mediante un trino en su cuenta de Twitter.

Por su parte el miembro de la Alianza Cívica, Max Jerez, reiteró su apoyo a la acción tomada por la Alianza Cívica en un mensaje en su cuenta de Facebook: “Seguimos asumiendo el reto de trabajar por la unión de todos contra la dictadura así como un cambio en la forma de hacer política. #SeAcabóLoViejo“.

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