Mantienen juicios viciados durante pandemia. La maquinaria de justicia y venganza de la dictadura, integrada por la Fiscalía y la Corte Suprema de Justicia, bajo dirección de la policía sandinista, no han dejado de triturar al pueblo nicaragüense opositor mediante juicios amañados, al condenar a 22 personas en cuatro meses de pandemia, con penas que van desde un año hasta 30 años.
La pandemia y la represión también han afectado al gremio periodístico. Hasta el 30 de junio, 58 periodistas han sido afectados por el covid-19, según un informe divulgado por la organización Periodistas y Comunicadores Independientes de Nicaragua (PCIN).
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Pandemia y represión
De estos, 45 casos fueron calificados como “positivos” y 13 con “síntomas relacionados” al coronavirus. Dos periodistas murieron y ocho familiares de comunicadores estuvieron contagiados.
Hasta 351 delitos contra la libertad de prensa, libertad de expresión y derechos humanos de los periodistas independientes, registró el Observatorio de la organización Periodistas y Comunicadores Independientes de Nicaragua (PCIN).
Las agresiones fueron perpetradas por policías, paramilitares, empleados municipales, funcionarios públicos, instituciones del Estado y fanáticos de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
Las víctimas fueron 48 periodistas independientes entre el 1 de marzo y el 20 de junio, según el informe de julio PCIN.
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Dictadura sigue indolente ante migrantes
Prueba en vivo de esa insoportable represión del régimen criminal Ortega-Murillo, se vivió nuevamente en León.
Radio Darío volvió a ser asediada por el esbirro local de la sancionada policía sandinista, Fidel Domínguez.
El sufrimiento del pueblo nicaragüense sigue en la frontera nicaragüense de Peñas Blancas, fronterizo con Costa Rica, ante la insensibilidad, indolencia, crueldad y cinismo de la dictadura Ortega-Murillo que, en el colmo de la insensatez, duda que sean nicaragüenses.
Los más de 500 nicaragüenses bloqueados en la frontera por la policía sandinista y el aparato orteguista, cumplieron ocho días sin que el régimen les permita el ingreso, argumentando que deben “cumplir requisitos” como presentar una prueba negativa de Covid-19 que el Ministerio de Salud vende en 150 dólares.
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Oacnudh y el canal del vástago sancionado
Los nicaragüenses están a la intemperie, comiendo mal, sin agua potable, en improvisados campamentos sobre el pavimento, expuestos al contagio y desemparados por su país, sobreviviendo de donaciones de medios de comunicación, comunidad costarricense cercana a la zona y organizaciones de derechos humanos.
La Oficina de la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos está al tanto de la crisis humanitaria y ha llamado, sin éxito, a que la dictadura asuma su responsabilidad internacional ante su propio pueblo migrante.
Mientras Estados Unidos sanciona a Juan Carlos Ortega y su negocio sucio Difuso Comunicaciones, el Instituto de Telecomunicaciones y Correos, Telcor, obliga a las cadenas internacionales de televisión por suscripción que operan en Nicaragua, a mantener en su parrilla de oferta el canal del vástago sancionado de la dictadura Ortega-Murillo, exponiendo a las empresas extranjeras a ser sancionadas.