A cuatro años del ataque policial y paramilitar a los jóvenes atrincherados en la Universidad Nacional Autónoma de Managua UNAN, doña Susana López, madre de Gerall Vásquez, asesinado en el ataque, continuará demandando justicia y elevará la denuncia ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos CIDH.
“Vamos a seguir la demanda de justicia a nivel internacional, porque nunca hemos obtenido justicia en Nicaragua. Sigo rompiendo el silencio porque no quiero que lo de mi hijo quede engavetado”, dijo López en una conferencia de prensa convocada por el Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más.
López aseguró que continuarán demandando internacionalmente a la dictadura sandinista por la omisió en la investigación del asesinato de Gerall Vásquez.
“El objetivo es que el Estado de Nicaragua se haga responsable por el asesinato a los jóvenes en la Iglesia de la Divina Misericordia. Él ya llevaba tercer año en la universidad y tenemos que demandar siempre la justicia y la verdad. Mi lucha inició desde que le grité al Estado que eran estudiantes, no eran delincuentes”, expresó.
Leer además: EIU prevé que dictadura prepara sucesión dinástica
Denuncia contará con testimonios de victimas
Wendy Flores, integrante del Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más, aseguró en la conferencia de prensa que, como parte del proceso de denuncia, se recabó información a través de víctimas del ataque a la Iglesia de la Divina Misericordia y a la UNAN.
“Este proceso de documentación ha implicado entrevistas al núcleo familiar. Las responsabilidades ante el sistema interamericano de Derechos Humanos es del Estado, en este caso, por omisión”, aseguró.
“La demanda es contra el Estado de Nicaragua por haber violentado los derechos contemplados por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, la impunidad y la omisión en la investigación”, remarcó.
Leer además: Dictadura retira a su embajador de Costa Rica
Ataque «sin precedentes»
Por su parte, el defensor de Derechos Humanos, Gonzalo Carrión, aseguró que no existe registro de un ataque a un templo religioso en Nicaragua en tiempos de paz.
“En la memoria personal, como defensor de derechos humanos, no hay nada parecido en tiempos de paz. Esto queda en la memoria de un pueblo que sigue reclamando su derecho a vivir en democracia y libertad”, aseveró.
El ataque ocurrió el 13 de julio en el marco de las protestas contra la dictadura que estallaron en abril de 2018, cuando más de un centenar de estudiantes encontraron refugio en la parroquia, tras ser expulsados por policías y civiles armados de la UNAN Managua, donde permanecían atrincherados.
Mientras ocurría el tiroteo, decenas de monjas y pobladores se acercaron al lugar y se arrodillaron ante los policías para pedir que detuvieran la agresión, pero no tuvieron éxito.
El ataque se extendió al menos 16 horas, según el Cenidh, y cobró la vida de los estudiantes Gerald Vásquez y Francisco Flores.