La llegada de tropas rusas y de otros países a Nicaragua, encamina al país centroamericano a una eventual escalada del conflicto bélico, al permitir el ingreso de tropas rusas a Nicaragua en el marco de la invasión de Rusia a Ucrania.
El Doctor Carlos Murillo, director e Investigador del Observatorio del Desarrollo, Universidad de Costa Rica, expresa que esta decisión pone en peligro la seguridad de la región centroamericana, que podría ser el foco de una tercera guerra mundial.
En una entrevista a Café con Voz, Murillo señaló además que la IX Cumbre de las Américas, realizada en Los Ángeles, California, Estados Unidos, evidenció la falta de unidad de los países latinoamericanos, especialmente de los centroamericanos, en temas relacionados con la migración y los derechos humanos.
Este anuncio de las tropas rusas en Nicaragua, ¿Cómo considera que esto pueda afectar a Centroamérica?
Esto se parece a la crisis de los misiles soviéticos en Cuba. Ahora hay un acuerdo de asistencia militar de Rusia a Nicaragua, que van con donaciones y compras de armamento.
Para Nicaragua, esto es un mensaje que dice que Nicaragua tiene un aliado que es Rusia, incluyendo a China.
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Por otro lado, el Kremlin quiere poner a espaldas de Estados Unidos las tropas. Esto es peligroso para Centroamérica, porque es poner en la región, un potencial foco de conflicto bélico a nivel de Ucrania.
La decisión de Managua de tener tropas rusas en el marco de un conflicto, es una situación de mucho riesgo. Esto podría llevar a Nicaragua a ser el foco de una eventual tercera guerra mundial.
Si bien es cierto que existe una preocupación, manifestada por el presidente Rodrigo Cháves, no está claro en qué términos es esa preocupación.
¿Cómo valora la Cumbre de las Américas?
Siento que fue una cumbre de claros y oscuros, con un balance entre lo positivo y negativo porque las cumbres siempre han sido problemáticas. Recuerdo la primera Cumbre de Miami en 1994, cuando estaba en el Consulado de Costa Rica en Miami y me correspondió participar en la organización.
En esta Cumbre, hubo una declaración sobre migración. América Latina enfrenta un momento de gran fragmentación donde ni siquiera los llamados gobiernos de izquierda se pueden colocar en una sola categoría, porque ni Maduro ni Ortega parecen de izquierda. Tienen más de derecha por las estrategias corporativistas.
¿Hacia dónde va Centroamérica luego de esta Cumbre?
Vemos un triángulo Norte que no parece una alianza y en que cada uno tiene sus problemas, siendo la presidenta Xiomara Castro la que tiene más problemas, necesita a Estados Unidos pero sigue atada al régimen de Ortega por los hondureños que tienen refugio en Nicaragua a raíz del golpe de Estado a su esposo, Manuel Zelaya.
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Nicaragua está aislada en el mundo y el diálogo centroamericano. Los programas de ayuda, si bien están centrados en el triángulo norte, son difíciles de implementar sin la integración de toda Centroamérica.
La democracia requiere de un esfuerzo muy grande de la institucionalidad y la ciudadanía.
¿Qué pasará con Almagro?
La Secretaría técnica de la Cumbre de las Américas es la OEA. El Secretario Almagro, si tanto lo cuestionan, ¿por qué no lo destituyen?
Lo que sucede es que entramos en algo que se puede considerar como un matrimonio sin causal de divorcio; es decir, que no se llevan bien, pero no se pueden separar. Si no existiera la OEA, México y Argentina se quedarían sin argumentos para cuestionar a Estados Unidos.
Además de esto, creo que el presidente Biden va a tener una presencia más cercana en América Latina. El Departamento de Estado debe hacer una correcta lectura sobre la presencia china, Rusia e Irán en Centroamérica y Venezuela.
Ahorita hay un juego geopolítico mundial y, América Latina, como nunca antes, es parte de ese juego.