El Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, durante su homilía de este Domingo de Resurrección, instó a los nicaragüenses a no perder la esperanza puesto que Cristo Resucitado “viene a nosotros en las noches de vida y con él ninguna noche es para siempre”.
Báez se refirió a la noche del pecado, el fracaso, miedo, dominación, guerra y las víctimas en las vísperas de la conmemoración del cuarto aniversario de la rebelión de abril de 2019, que dejó como saldo más de 300 asesinados y miles de heridos, según datos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
“Ni la noche del pecado, del fracaso y del miedo; ni la noche de la desilusión y del cansancio. Tampoco las noches de los pueblos son para siempre. Ni la noche de la guerra, ni la noche de los poderes opresores, ni la noche del dolor de las víctimas, ni la noche del cansancio en la lucha. Ninguna noche es para siempre”, dijo Báez.
El jerarca católico aseguró que el Resucitado, quiere iluminar las noches y que no se debe caer en la parálisis por el temor.
“Cristo ha resucitado y quiere iluminar nuestras noches, que a veces son largas y dolorosas. No nos dejemos paralizar por la oscuridad, no dejemos de buscar y esperar. El Señor Resucitado está de nuestra parte, asegurándonos que su victoria sobre el mal, el pecado y la muerte, es también nuestra victoria”, refirió.
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Báez instó a los creyentes a no resignarse pensando que las cosas no puedan cambiar.
“Quiere llenar nuestra vida de su fuerza, desea calentar con su amor nuestro corazón e iluminar con su luz nuestras mentes, para ayudarnos a vencer nuestro desánimo, para que no caigamos en la mediocridad y la indiferencia”, señaló.
No debe haber rivalidades y envidias
El jerarca católico afirmó que cada quien tiene sus propias potencialidades y que esto no debe dar lugar a envidias o conflictos.
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“También en la Iglesia cada uno hace su propio camino de fe, con los propios dones recibidos de Dios y según su vocación, pero sin rivalidades ni arribismos. También en la sociedad, hay diversidad de visiones y de estrategias entre las personas y los grupos, –y es bueno que así sea–, pero todos deben esforzarse en buscar el bien común”, expuso.
Añadió que no hay que correr para llegar primero y acaparar aplausos y privilegios, sino para construir una convivencia nueva basada en la fraternidad, la paz y la justicia.
“Ya hemos sufrido mucho a causa de egoísmos estériles y confrontaciones inútiles que han hecho de la convivencia social una grotesca competencia. Necesitamos personas y grupos que corran sin ponerse zancadillas ni descalificarse unos a otros”, concluyó el religioso.