El Obispo Auxiliar de Managua, Monseñor Silvio Báez, exhortó a los nicaragüenses a corregir a los demás desde la misericordia y a practicar la autocrítica, que consideró fundamental para la transformación social.
Báez expresó que no basta solo la crítica y corrección a los demás, sino que para la construcción de sociedades democráticas, se debe asumir un rol de autocrítica.
“Quien solamente señala con el dedo y acusa a la parte contraria, se vuelve víctima de su propia autosuficiencia orgullosa. Todos los líderes deberían reconocer que más de una vez con sus actitudes han impedido la solidaridad y la confianza entre las personas”, dijo.
“No habrá transformación social auténtica si seguimos viendo “la paja” en el ojo del otro líder y del otro grupo, sin reconocer “la viga” que cada uno lleva en su propio ojo”, añadió.
Expresó que Todos los grupos deberían reconocer que más de una vez han tomado decisiones equivocadas que no han contribuido a crear proyectos políticos sólidos en favor del bien común.
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Invasión de Ucrania refleja ceguera de la humanidad
Báez también se refirió a la invasión de Rusia a Ucrania y llamó a superar la ceguera para actuar con misericordia y evitar enfrentamientos bélicos.
“En el corazón de la guerra hay un abismo de mal que niega la grandeza del hombre y la bondad del Señor, pues la lógica de las armas es la más distante de la lógica de Dios. ¡Qué lejos está todavía la humanidad de hacer de la misericordia el principio que oriente la vida y guíe la historia!”, dijo Báez desde la Iglesia Santa Aghata en Miami.
Báez exhortó a la humanidad a apoyarse mutuamente y a actuar con misericordia.
“Jesús nos invita hoy a ayudarnos unos a otros, exhortándonos a no ser indiferentes ni insensibles frente a los errores que otros cometen. Nos invita a tendernos la mano misericordiosamente, ayudándonos mutuamente a reconocer los propios errores y a corregirnos recíprocamente”, señaló.
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En ese sentido, señaló que la corrección debe basarse en la misericordia y no en la humillación.
No se corrige para humillar, ni para difamar, ni para excluir. Por eso, solo pueden corregir en modo auténtico las personas que tienen una mirada misericordiosa. Quien no ve la vida con misericordia, es ciego. Cuando no vemos a los otros con el mismo amor con el que Dios los ve, caemos en la peor de las cegueras: la falta de misericordia”, añadió.
“Cuidemos el corazón”
Báez finalmente llamó a cuidar el corazón, comparándolo con un jardín, que necesita ser regado diariamente “con el agua de la misericordia divina y arrancando las malas hierbas que dañan la vida”.
“Un corazón bueno es como un jardín del que brotan las flores más hermosas que embellecen la vida: las flores del amor y de la bondad. No permitamos que se marchite nuestro jardín interior”, concluyó.