La dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo no tiene en sus planes dialogar para buscarle una salida pacífica a la crisis sociopolítica y en cambio, se “lanza a los brazos” de potencias extranjeras como China y Rusia para lograr mantenerse en el poder ante la inminente amenaza de más presiones internacionales.
El analista de asuntos internacionales y docente de la Universidad de Costa Rica, Carlos Murillo Zamora, expresó en una entrevista a Café con Voz, que de momento no existe nada que obligue a Ortega a una negociación.
“El régimen considera que no está en condiciones para negociar con el último interlocutor válido que es Estados Unidos. No hay nada que le obligue, excepto la presión internacional, que siempre las sanciones producen resultados de forma muy lenta pero sobre todo porque saben que cualquier apertura que hagan significa el fin de su régimen”, dijo Murillo.
Crisis mundial debilita capacidad de foros regionales para dialogar
La Organización de Estados Americanos, OEA, ha condenado reiteradamente la represión de la dictadura, pero se ha evidenciado su poca capacidad para implementar presiones al régimen.
A criterio de Murillo, esto se debe a que la crisis mundial y un ambiente de tensión entre China y Rusia contra Estados Unidos, debilita aún más a la OEA.
“Las organizaciones están debilitadas por un orden internacional iliberal, que significa que se rompieron las reglas del juego del siglo pasado, el orden que se estableció después de la segunda guerra mundial. A la OEA le queda un recurso: que sus miembros presionen a Nicaragua a través de sanciones diplomáticas, políticas y económicas”, explicó.
Alianza con China y Rusia para posicionarse contra Estados Unidos
Al respecto, consideró que la alianza de Ortega con China busca debilitar los foros regionales y posicionarse contra Estados Unidos.
“Es parte de una alianza para posicionarse mundialmente contra Estados Unidos. Esa situación debilita a organizaciones como la OEA que cada vez pierden más instrumentos para presionar. Es un régimen populista, sultánico y corporativista y por eso se siente empoderado. Contar con el respaldo de regímenes autoritarios le permite un margen de maniobra mayor”, dijo Murillo.
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En ese sentido, Murillo aseguró que los acuerdos secretos firmados entre los hijos de la dictadura y China, son los más importantes y comprometen la soberanía de Nicaragua.
“La pregunta es cuáles acuerdos se suscribieron con China que son secretos. En Costa Rica, China se comprometió en 10 años a no establecer relaciones con ningún país centroamericano. Esto fue secreto, entonces ahora hay una lista de acuerdos secretos”, señala.
“Estos acuerdos buscan que Rusia y China se posicionen en Centroamérica ante una estrategia de Estados Unidos que sigue anclada en el siglo pasado. En este momento, Centroamérica se está convirtiendo en el pasto donde van a chocar las potencias. Y si detrás de estos acuerdos está el tema del Canal Interoceánico, se estaría convirtiendo a Nicaragua en un foco para la confrontación entre las tres superpotencias”, añadió.
Comunidad internacional no reconocerá gobierno de Ortega a partir del 10 de enero
Murillo considera que a partir del 10 de enero cambiará la postura de algunos países democráticos hacia la dictadura nicaraguense y replanteará la teoría de querer dialogar..
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“El 10 de enero es un parteaguas. Hasta el momento no se han reconocido los resultados de las elecciones, pero el 10 de enero hay un acto simbólico en que los gobiernos que no reconocieron las elecciones no van a reconocer al gobierno de Nicaragua”, explicó.
Esto dará como resultado un aislamiento internacional similar al de Cuba, que no ha sido experimentado por otro país de la región.
“Nicaragua va a un aislamiento internacional como no se observaba desde la época de Cuba, porque Venezuela no ha tenido un aislamiento como el que parece que se dirige a Nicaragua porque es un estado que niega el esquema diplomático. Eso genera desconfianza en otros estados”, explicó.