El Parlamento Europeo reiteró este jueves 16 de noviembre, su solicitud de extradición del terrorista italiano Alessio Casimirri, quien reside en Nicaragua desde 1983 y fue nacionalizado en 1988.
En una resolución en la que los Eurodiputados exhortaron a sancionar al dictador nicaraguense Daniel Ortega, en el penúltimo apartado reiteraron brevemente la solicitud de extradición a Italia.
“Reitera su solicitud de extradición inmediata de Alessio Casimirri a Italia”, señala la resolución.
Además recuerda a la dictadura su obligación de cumplir con los compromisos internacionales en temas de derechos humanos.
“Recuerda que, a la luz del Acuerdo de Asociación entre la UE y Centroamérica, Nicaragua debe respetar y consolidar los principios del Estado de Derecho, la democracia y los derechos humanos; reitera su exigencia de que, a la luz de las circunstancias actuales, se active la cláusula democrática del Acuerdo de Asociación”, añade la resolución.
Alessio Casimirri nació en Roma, italia, el 2 de agosto de 1951 y formó parte del grupo terrorista italiano “Brigadas Rojas”. Fue acogido por la primera dictadura sandinista en 1983, luego de ser acusado del asesinato del ex primer ministro italiano Aldo Moro en 1978.
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Primeramente se trató de un secuestro en el que convirtieron a Moro en moneda de cambio por la liberación de integrantes de las Brigadas Rojas presos y reconocimiento como organización política. Unos 50 días después de su secuestro, Moro apareció muerto acribillado a balazos en la cajuela de un coche Renault-4 rojo aparcado en la vía Caetani, en el centro de Roma.
De terrorista a empresario
A su llegada a Nicaragua, encontró acogida por parte de las autoridades sandinistas quienes lo nombraron instructor del Ejército Popular Sandinista junto con otros terroristas italianos.
Posteriormente, abrió dos negocios culinarios: Márica Roma y La Cueva del Buzo. En este segundo, él mismo atendía a sus clientes en sus inicios.
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Casimirri cuenta con una condena en ausencia a seis cadenas perpetuas, 24 años de cárcel, y dos años de aislamiento diurno por, entre otros delitos, el secuestro y posterior asesinato en 1978 del primer ministro Aldo Moro. Él, desde Nicaragua, donde llegó hace 36 años, asegura ser inocente.
Desde la llegada al poder de la dictadura Sandinista, Nicaragua se convirtió en el refugio de importantes terroristas y criminales. Militantes de ETA, guerrilleros argentinos, cubanos y hasta narcotraficantes como Pablo Escobar Gaviria fueron protegidos por los sandinistas.