El Obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, Monseñor Silvio Báez, durante su homilía de este domingo, exhortó a los que forman parte de las fuerzas armadas (Ejército y Policía) en países con dictaduras, a que reflexionen sobre su papel de cara a las poblaciones a las que sirven, antes que al servicio de gobiernos autoritarios.
«Quienes forman parte de un cuerpo policial o de un ejército no tienen por qué ser crueles, ni por qué estar al servicio de tenebrosos grupos de poder político y económico. También ellos pueden acoger a Dios en su corazón y encontrar el camino de la alegría si renuncian a reprimir al pueblo, si siguen su conciencia recta y dejan de ser cómplices de gobernantes autoritarios y corruptos. Renunciar a la violencia es también una expresión concreta de la fe y un camino hacia la alegría», expresó Báez.
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El jerarca católico aseguró que quienes son deshonestos y «tenebrosos» gozan con el mal ajeno, que muchas veces provocan.
«Los deshonestos y corruptos ríen, gastan, viven bien, pero nunca serán felices, no conocerán a Dios ni gozarán de la verdadera alegría. El evangelista Juan los invita a renunciar al soborno y a no mentir en los tribunales, pero sobre todo los exhorta a no actuar con violencia contra la gente. Jesús conoció oficiales del ejército romano que eran nobles y buenos», dijo.
También aseguró que no hay que dejarse llevar por falsas doctrinas o ideologías políticas y religiosas que atentan contra la honestidad.
«No basta aprender doctrinas, creer dogmas o celebrar ritos religiosos. Mostramos lo que creemos con lo que hacemos. Es con la vida que mostramos el deseo de responder al Señor. Por eso, un modo precioso para prepararnos a la fiesta de Navidad sería preguntarnos y preguntarle al Señor qué cosas concretas podríamos hacer en estos días para renovar nuestra fe y acogerlo en el corazón: ¿Perdonar a alguien que nos ha ofendido, ayudar a una persona necesitada, organizar mejor mi tiempo, ser más honesto, tratar con más delicadeza a la gente, dedicar más tiempo a la oración?», añadió.
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Ejército y Policía podrían volver «al camino de la alegría»
Durante su homilía, Báez aseguró que la fe se manifiesta en hechos concretos y no en dogmas o ideologías.
«Juan Bautista nos recuerda hoy que somos lo que hacemos, que el secreto de la vida está en saber hacer a cada instante lo debido y que la fe en Dios se manifiesta en gestos concretos. Cuando la fe se hace vida despunta en nuestros corazones la alegría verdadera que nace de la cercanía amorosa del Señor. Cuando la fe se hace vida permitimos que la Palabra de Dios se abra camino en la historia y llegue a nosotros el Mesías nacido en Belén, Jesús, nuestro Señor y Salvador», dijo Báez.
Añadió que la alegría no debe de imponerse, sino que surge al abrazar el amor de Dios.
«La alegría no se impone. El verdadero gozo nace en lo más profundo de nosotros mismos. De lo contrario reiremos engañando al mundo; haremos bromas, pero llorando por dentro; nos mostraremos eufóricos, pero sintiéndonos profundamente tristes. La alegría permanecerá fuera, a la puerta de nuestro corazón. Precisamente, porque la alegría nace del corazón que se abre a Dios, es importante escuchar hoy también la predicación de Juan Bautista que anunciaba la cercanía de Dios a través de la inminente llegada del Mesías», explicó.