En los últimos días, el discurso de odio del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo ha arreciado en contra de los periodistas independientes de Nicaragua, les ha llamado “terroristas de la información, promotores de odio y chachalacas”, unos han tenido que bajar perfil para no ser víctima de persecución y hostigamiento, otros han optado por salir del país en busca de protección internacional o asilo político.
Nicaragua enfrenta una segunda oleada represiva en menos de tres años de iniciada la peor crisis sociopolítica y económica de los últimos 14 años. El régimen de Daniel Ortega ahora ha arremetido contra los líderes opositores, defensores de derechos humanos y hasta periodistas, a quienes acusa de intentar dar un nuevo golpe de Estado en contra de su dictadura.
Envalentonado con sus recientes leyes represivas, el régimen de Ortega ha emprendido la persecución contra precandidatos presidenciales, a quienes les aplica la Ley de los Agentes Extranjeros, por supuestamente ser agentes de potencias externas par desestabilizar a la administración sandinistas y contra periodistas independientes, a quienes los han citado al Ministerio Público controlado por el partido de Ortega, acusando a algunos comunicadores de incitar al odio y mentir; dos características amonestadas por medio de la Ley de Ciberdelitos, misma que busca acallar a quienes usando las tecnologías de la comunicación e información (TIC), difundan “Noticias falsas”.
El lunes se conoció el exilio forzado de David Quintana, periodista independiente y director de la plataforma digital de noticias Boletín Ecológico. Este comunicador dijo que salió para salvar su vida de la embestida brutal del régimen de Ortega y por una supuesta lista de detención que se maneja en las filas sandinistas en contra de los comunicadores que no obedecen a las políticas del dictador.
“Llegó el momento en que uno tiene que pensar en salvar su vida, llegó el momento en el que uno tiene que considerar resguardarse para poder seguir informando al pueblo de Nicaragua. No hacemos nada preso, no hacemos nada muertos, así que en este momento considero que hay que tomar una pausa de mi trabajo, una pausa desde otro sitio de Centroamérica y pedir refugio”, expresó Quintana en un video divulgado en sus redes sociales.
Quintana no quiso decir el país en el que se encuentra, pero dijo estar seguro en algún lugar de Centroamérica, sitio donde los fanáticos del régimen y la propia sancionada policía no le podrán hostigar.
«A lo largo de más de 3 años que tiene todo esta lucha cívica estuve aguantando, estuve soportando, estuve pues esperando que toda la situación en Nicaragua se mejorara”, agregó.
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En menos de un mes, 20 periodistas han salido de Nicaragua
El director de Boletín Ecológico se une a una veintena de periodistas que han tenido que salir de Nicaragua en las ultimas semanas por la misma situación, unos lo han hecho público como el director de los medios de comunicación Confidencial, Esta Semana y Esta Noche, Carlos Fernando Chamorro, tras el allanamiento ilegal y la detención de su hermana, la precandidata presidencial Cristiana Chamorro Barrios y su hermano mayor Pedro Joaquín Chamorro, todos hijos de la expresidente de Violeta Barrios de Chamorro.
A Carlos Fernando también le allanaron su vivienda y la sancionada policía sandinista se llevó las pertenencias de este periodista, quien salía antes de que lo secuestraran al igual que a sus hermanos con dirección a Costa Rica, donde hoy vive su segundo exilio. El primero fue en febrero de 2019 pero retornó a Nicaragua en octubre del mismo año.
Otro de los comunicadores que ha sufrido amenazas y hostigamiento es Julio López de programa radial Onda Local. A López se le retuvo en el puesto migratorio de Peñas Blancas cuando pretendía salir de Nicaragua para hacer un viaje personal, pero le retuvieron su pasaporte y le impusieron restricción migratoria.
Ante esa noticia, López prefirió burlar la seguridad migratoria y se fue por un punto ciego a Costa Rica, donde pidió asilo político para preservar su vida.
“Al conocer de la retención migratoria decidí exiliarme; una vez me preguntaron si había pensado en esa posibilidad. En esa ocasión, respondí que el exilio era la última alternativa para preservar mi vida y libertad. Ese momento ha llegado. Tomar esta decisión ha sido angustiante; lo he hecho para tranquilidad de mi familia, aunque sé que les embarga la tristeza”, dijo el periodista en su medio de comunicación.
Asimismo, Sergio Marín Cornavaca, comentarista político u conductor del programa La Mesa Redonda, transmitido por redes sociales y ahora desde TivaVisión en Costa Rica, emigró a ese país por puntos ciegos, para no ser detenido por el Ejército ni la policía de Daniel Ortega, pues en su contra había la intención de retención.
Estos periodistas han sido beneficiarios de la extinta Fundación Violeta Barrios de Chamorro (FVBCh), que dirigía Cristiana Chamorro, aspirante a la silla presidencial y a quien acusan de lavar dinero y financiar a periodistas independientes para propagar noticias falsas y ser parte de un golpe de Estado.
Según Cornavaca, la fiscalía citó a varias de sus fuentes, y le preguntaron directamente por él.
“Le preguntaron a mi fuente desde dónde transmitía, quiénes me apoyaban, que si yo le pagaba a él”, razón por la que tomó la decisión de salir de Nicaragua luego de permanecer varios días en casas de seguridad.
Otros han salido del país pero han mantenido bajo perfil por seguridad de ellos y sus familias, pero todos están comprometidos con seguir informando a cómo lo hacían dentro de Nicaragua.
“Cierto de que no se puede hacer el trabajo en Nicaragua directamente, pero sí vamos a seguirlo haciendo porque cada nicaragüense tiene un teléfono y su mano y vamos a seguir informando en el boletín ecológico”, declaró David Quintana.
David Quintana enfrentó un juicio por los supuestos delitos de injurias y calumnias e perjuicio de un extrabajador del oficialista canal 8, propiedad de Juan Carlos Ortega, hijo del dictador Daniel Ortega. Se le encontró culpable y se le obligó a pagar 200 días multas, es decir, más de 13,000 córdobas que logró pagar gracias al aporte de varios colegas y ciudadanos.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), a través de su presidente Antonia Urrejola, denunció que Nicaragua sufre una nueva fase de represión de cara a las elecciones, pero Daniel Ortega insiste en que le quieren dar un golpe de Estado, financiado por Estados Unidos.
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Amenazas de cárcel para periodistas
Y aunque en las cárceles de la dictadura ya hay dos periodistas como Miguel Mendoza, cronista deportivo y crítico de Ortega y Miguel Mora, empresario de la comunicación y exdirector de 100 % Noticias, el régimen apunta a encarcelar a más comunicadores quienes han decidido seguir informando a pesar de la represión.
El sancionado presidente del Parlamento sandinista, Gustavo Porras, dijo en un medio de propaganda del régimen que se aplicará la Ley de Ciberdelitos para todos los “terroristas de la comunicación”, quienes según él, han ofendido y hablado mal de sus jefes, Daniel Ortega y Rosario Murillo.
“El gran problema es que no solo emiten los criterios o la opinión, sino que son medios que mienten, que desinforman, que actúan en contra del país, y de las personas incluso, porque aquí desbaratan a cualquiera; aquí hay un instrumento, y que no me vengan con cuentos de que ah, es que la libertad de expresión, aja ¿y mi derecho, y la libertad personal de cada quién? eso no podemos aceptarlo…Aquí nosotros hemos visto en los medios amenazar hasta al presidente de la República y a la compañera vicepresidente… eso es inaudito y no podemos seguirlo permitiendo”, amenazó Porras.
La organización Reporteros sin Fronteras (RSF), incluyó al dictador Daniel Ortega, en la lista de los “depredadores de la libertad” de prensa, por su política de “asfixia económica” y “censura judicial” de los medios independientes. Ortega comparte el “honor” con el príncipe de Arabia Saudí Mohamed bin Salman, los dictadores Valdimir Putin, de Rusia, Manuel Díaz-Canel, de Cuba, Nicolás Maduro, de Venezuela, el de Hungría Viktor Orbán o el polémico brasileño, Jair Bolsonaro.
RSF, publicó el lunes una lista de gobernantes y dictadores que no actualizaba desde 2016 y señala a los 37 “tiranos” de todo el mundo, a los que les endilga “una represión masiva a la libertad de prensa”. En el caso de Daniel Ortega, señala que desde el inicio de su tercer mandato en noviembre de ese año “la prensa independiente vive una verdadera pesadilla, constantemente oprimida por el Gobierno de Ortega” y por el Frente Sandinista.
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