El régimen de Daniel Ortega “pretende sembrar el terror”, desarticular la sociedad nicaraguense y destruir el tejido social, señala el Centro Nicaraguense de Derechos Humanos (Cenidh) en su informe anual 2022.
El Cenidh lamentó que, en un país ya golpeado por el desempleo abierto y encubierto, millares de personas estén siendo lanzadas al desempleo, hambre y al sector informal de la economía.
“No solo les quitaron el trabajo, también los objetivos, les han desmoralizado, les han arrebatado la satisfacción de sus tareas diarias, el servir a los demás, ser parte de una causa, les han dejado sintiéndose ‘no personas’, qué hará toda esta gente ahora”, señala el informe.
El Cenidh reportó torturas, tratos crueles, inhumanos y degradantes contra las más de 235 personas secuestradas políticas que se encuentran en las distintas cárceles a nivel nacional.
“El régimen se ha ensañado contra ellos violándoles todos sus derechos humanos, tratándoles como “no personas”, negándoles lo más básico para poder vivir, como el agua, la comida, la salud, y con el claro objetivo de destruirles física y mentalmente junto a sus familias”, señala la organización.
Leer además: Dictadura en paranoia encarcela a dos altos mandos de su Policía
Poder Judicial con mayor control
En 2022 el Poder Judicial fue el mayor instrumento de represión del régimen Ortega Murillo, se ha valido de este para encarcelar y enjuiciar inocentes en los denominados juicios nulos la acción más aberrante y violatoria de derechos humanos, registrada en la historia más reciente de Nicaragua.
“La Policía, turbas y fanáticos del régimen están organizados para mantener constante vigilancia, hostigar, agredir y amenazar a personas consideradas opositoras; excarcelados políticos, familiares de personas presas políticas, activistas sociales, periodistas y defensores de derechos humanos, en un afán de intimidar y recordar quién tiene el poder y de quién son las calles”, señaló.
Leer además: Declaran culpable a sacerdote Oscar Benavides
A criterio del Cenidh, las detenciones arbitrarias de personas opositoras (nuevas detenciones o recapturas) han sido una de las prácticas criminales más usadas en 2022 por el régimen Ortega Murillo lo que refleja su incapacidad para gobernar y su falta de voluntad por respetar las leyes nacionales y convenios internacionales de derechos humanos.
El Cenidh señaló que en 2022 el régimen empleó un patrón represivo sin antecedente en Nicaragua y este consistió en apresar a familiares de personas opositoras a las que no ha logrado capturar, exigiéndoles que se entreguen para que sus parientes sean liberados. Una práctica utilizada solo por las mafias o las peores dictaduras del mundo.
No hay libertad de religión
En su informe, el Cenidh, la libertad de conciencia y religión es causa de hostigamiento, agresiones incluso detención arbitraria y procesamiento de decenas de sacerdotes, incluido el obispo de la Diócesis de Matagalpa, Monseñor Rolando Álvarez. Frente al silencio o respuestas tímidas de los altos dirigentes de la iglesia católica.
“El régimen Ortega Murillo les ha señalado como sus principales enemigos y está enfocado en destruirles la honra y la reputación”, señaló.