Centroamérica – y en especial Nicaragua- , están tomando nuevos rumbos hacia la radicalización del autoritarismo con patrones similares en todos los países de la región, incluyendo la hostilidad de las autoridades en contra de la libertad de expresión, religiosa y de prensa, señala el informe Perspectivas 165, del Centro de Estudios Transdisciplinarios de Centroamérica CETCAM.
En el caso de Nicaragua, el informe señala que en los últimos meses los ataques dirigidos contra la Iglesia se han incrementado e incluyen la detención y procesamiento a dos sacerdotes católicos por supuestos delitos de orden común, además del cierre de medios de comunicación católicos.
Lo más reciente, es el secuestro de Monseñor Álvarez, Obispo de Matagalpa y Estelí, junto a seis sacerdotes, dos seminaristas, un coristas y dos camarógrafos, a quienes mantiene bajo el régimen de facto de casa por cárcel negándoles el acceso a alimentación y medicamentos.
El informe señala que Honduras tiene en sus antecedentes, una lista de periodistas perseguidos, amenazados y asesinados.
“Con la llegada del nuevo gobierno encabezado por Xiomara Castro, se esperaba que la situación mejorar, sin embargo, se mantiene en los mismos términos”, cuestiona el informe.
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Añade que se tenía la expectativa que la presidenta mantendría las puertas abiertas y sería una gobernante accesible “pero es evidente que todas las figuras familiares que la rodean, especialmente el asesor, ex presidente y esposo, Manuel “Mel” Zelaya, han construido una especie de valla que la ha alejado rápidamente de sectores que la apoyaron durante la campaña electoral”.
Por otro lado, el presidente Nayib Bukele en El Salvador mantiene una confrontación abierta con la prensa que se ha acentuado a partir de la aprobación de un estado de excepción desde marzo de 2022, que ha significado serias restricciones a derechos fundamentales, ha dejado más de 43 mil personas detenidas, 56 fallecidos y numerosas violaciones de derechos.
En ese contexto, periodistas de diversos medios independientes han denunciado actos de espionaje, vigilancia, persecución y amenazas de parte del gobierno, quien además, promovió la reforma de una ley que penaliza la divulgación de contenidos relacionados con las maras o pandillas bajo el supuesto de que las alientan.
Costa Rica y Panamá también se encamina al acoso a la prensa
Cetcam señala que Costa Rica y Panamá no escapan de esta tentación autoritaria por controlar a la prensa. El más reciente encontronazo entre los medios y el presidente Rodrigo Chaves en Costa Rica, generó una ola de rechazo porque los comparó con animales.
“El incidente se ha producido en el contexto de una disputa pública que tiene con el Grupo Nación y en diferentes ocasiones ha hecho declaraciones ofensivas contra la prensa en general. En Panamá, diferentes gremios de periodistas han expresado su preocupación por amenazas a la libertad de prensa por parte de diferentes instituciones estatales, así como grupos vinculados con actos de corrupción”, señala el informe.
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El silencio, la cárcel o el destierro
A raíz de la expulsión del representante de El Vaticano a inicios de 2022, los ataques y la persecución contra los religiosos se han incrementado.
Cetcam atribuye la persecución de la dictadura a la Iglesia Católica debido a su activo papel protegiendo a la población de la represión.
“Le ha generado la animadversión del régimen y en diferentes momentos no ha dudado en atacarlos directa y abiertamente como sucedió el 9 de julio de 2018 en el departamento de Carazo, cuando un grupo de obispos y sacerdotes encabezados por el cardenal Leopoldo Brenes, arzobispo de Managua, llegaron a la iglesia de la ciudad de Jinotepe a rescatar a un grupo de personas que se encontraban dentro del templo asediadas por grupos paramilitares del gobierno”, señala el informe.