El sacerdote Marcos Somarriba, en su homilía dominical, aseguró que un pueblo perseguido es testimonio dela iglesia de Dios y criticó a quienes defienden cosas “que tienen caducidad”.

«Un pueblo perseguido y asesinado es vivo testimonio de la Iglesia de Dios, de que está siempre al pie de la cruz con su mirada elevada hacia el rostro de Jesús clavado y crucificado por los sistemas que pierden el tiempo protegiéndose y defendiendo lo que saben que tiene caducidad», señaló Somarriba.

El religioso aseguró que no se debe perder el norte defendiendo egoísmos y causas injustas.

«Nosotros no podemos perder el norte y pensar que el sacrificio de un pueblo entero, los de adentro como los de afuera, será en vano. Somos semillas de trigo triturado por las injusticias y las injustas circunstancias a manos de los violentos, que defienden con su egoísmo sus propios derechos a imponerse, para mantenerse sobre piedras falsas, sobre terreno arenoso, que tarde o temprano se hundirá», dijo Somarriba.

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Además, refirió que en las familias también existe egoísmo que produce sufrimiento.

«Hay un sufrimiento que es fruto de nuestro egoísmo e injusticias. Un egoísmo muy presente en tantas familias, comunidades y naciones. Un sufrimiento con el que las personas nos herimos mutuamente y estamos experimentando en carne propia a través de tantos hermanos y hermanas desalojados de su dignidad, de su patria y de su libertad», explicó el religioso.

“Amar a la patria también incluye sufrir y no darse por vencido”, añadió.

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