Las acciones de la dictadura sandinista al proteger al exmandatario panameño, Ricardo Martinelli, han generado diversas especulaciones sobre los motivos del régimen de Daniel Ortega.

El expresidente panameño Ricardo Martinelli solicitó asilo en la embajada de Nicaragua, luego de perder el último recurso para anular una sentencia de casi 11 años de prisión, según una nota enviado este miércoles por la Cancillería de Managua a Panamá. Posteriormente buscaba viajar a Managua a petición de la dictadura de Nicaragua.

En julio pasado, la justicia panameña condenó a Martinelli a 10 años y seis meses de cárcel y a pagar una multa de más de US$ 19,2 millones al ser declarado responsable, junto a otras cuatro personas, del delito de blanqueo de capitales en el caso conocido como “New Business”, relacionado con la compra de un grupo editorial.

No obstante el gobierno de Panamá argumentó su negativa citando el artículo 1 de la Convención sobre el Asilo de 1928, el cual establece que el asilo no podrá ser concedido sino en casos de urgencia y por el tiempo estrictamente indispensable para que el asilado se ponga de otra manera en seguridad.

El catedrático y analista internacional, Carlos Murillo Zamora, expresa que uno de los motivos por los que la dictadura sandinista puede apoyar a Martinelli es para “cobrarle el favor” si el bloque político del exmandatario panameño logra una victoria en las elecciones generales de 2024.

“Es uno de los conflictos diplomáticos en los que hay que valorar los motivos de la dictadura Ortega Murillo para otorgar el asilo”, dijo Murillo en entrevista a Café con Voz.

¿Es Martinelli un perseguido político?

Sería perseguido si fuera juzgado por algo que hizo en su gestión y que no se logra demostrar. Es un delito penal, no político. Lo condenan por lavado de activos y de dinero con negocios ilícitos, no cuando fue presidente de Panamá.

¿Hasta dónde puede llegar la tensión entre Panamá y Nicaragua?

Martinelli prevé pasar años en la embajada de Nicaragua en Panamá, porque ha habido casos de personas que se refugian en sedes diplomáticas. Él está esperando que su fórmula llegue a la presidencia y que pueda emitir un decreto exonerándolo del cumplimiento de la sentencia judicial.

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Desde el punto de vista del derecho internacional, toda la normativa respalda a Panamá al no otorgarle el salvoconducto a Martinelli para para que no salga a Nicaragua.

¿Cómo queda la dictadura hablando de derechos humanitarios, considerando que la comunidad internacional la señala de cometer delitos de lesa humanidad?

El problema de los dictadores es que lo único que les importa son sus intereses particulares.

En el caso de Mauricio Funes y de Salvador Sánchez Cerén es una acusación por corrupción, pero en el caso de Martinelli es una acusación por un delito internacional.

¿Hacia dónde va esto si las cosas se mantienen en el mismo tono?

La convención de Viena sobre relaciones diplomáticas establecen que la persona que se refugia en una embajada, no puede utilizar la sede con fines políticos. No puede hacer un discurso para que lleguen seguidores porque violaría las normas internacionales.

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La pregunta es por qué Nicaragua quiere arruinar las relaciones con Panamá para defender a un sentenciado. También hay que saber cuánto le cuesta a Nicaragua enredarse en una situación de delito internacional.

¿Cómo lee usted que un sanguinario como Ortega tenga la puerta abierta para alguien que es adverso a su ideología?

Ni Ortega es de izquierda ni Martinelli es de derecha. Pero, considerándolo, uno entiende por qué refugió a Sánchez Cerén y a Mauricio Funes, pero Martinelli nunca apoyó a Ortega ni tiene relaciones oficiales en temas de negocios.

La única explicación es que Ortega lo salva y lo hace pagar por los servicios, no necesariamente con dinero, sino que cuando su candidato en las elecciones panameñas gane -si es que pasa eso-, pueda tener el respaldo al régimen de Ortega y Murillo.

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