El obispo de la Diócesis de Danlí, Honduras, Monseñor José Antonio Canales, afirmó que el obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez, se encuentra “muy afectado” luego del destierro que ordenó en su contra la dictadura sandinista.

Canales ha dado seguimiento al destierro de los 19 religiosos que la dictadura envió en un avión a El vaticano el pasado 13 de enero, en el marco de una negociación entre el régimen sandinista y la Santa Sede.

El obispo de Danlí, que también es secretario del Secretariado Episcopal de América Central, Sedac, aseguró que, a través de otro sacerdote, logró conocer que el Obispo Rolando Álvarez, se encuentra afectado anímicamente luego de verse obligado a dejar Nicaragua.

El jerarca católico hondureño, en una entrevista a Café con Voz, aseguró que la dictadura busca debilitar a la Iglesia Católica en Nicaragua a través de la expulsión de sus sacerdotes.

¿Cómo ha recibido lo que ha ocurrido con el destierro de los sacerdotes?

Para mi no fue ninguna sorpresa porque con las actuaciones de la tiranía hace un año, todo apuntaba a que no quieren a nadie con voz profética dentro de Nicaragua, donde está anulado el derecho a expresar las opiniones.

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Este es el tercer grupo de sacerdotes y, ahora incluidos dos obispos, que son enviados desde su tierra al destierro.

¿Qué implica que la dictadura se esté quedando con las suyas?

Este es un deterioro de casi dos décadas. Según se puede deducir, cuando Ortega llegó a la presidencia, lo hizo con la idea de que la democracia se terminaba con él. Corresponde a los nicaragüenses hacer un balance de como el país fue llevado a estas circunstancias.

Ahora no solo se trata de hermanos centroamericanos sufriendo, sino de hermanos en la fe.

Lo de la iglesia es visible porque una institución insigne en Nicaragua. Al ser una fuerza que mostró su valía en 2018, la dictadura quiere destruir a esa fuerza que movió a ese pueblo.

No nos debe sorprender si la que hoy está llevando la carga es la Iglesia Católica. Es la iglesia la que está pagando el precio más alto.

Hubo una negociación para la salida de Monseñor Rolando Álvarez y de los demás sacerdotes, ¿la Santa Sede estaría cediendo ante los caprichos de la dictadura?

Es difícil opinar sobre las negociaciones que se han llevando a cabo entre la Santa Sede y el gobierno de Nicaragua. Lo que me parece difícil de entender es que la Iglesia no puede estar contenta de que acepte que destierren a sus pastores.

Nos quedan muchas preguntas, pero solo las personas involucradas en estos diálogos son las que saben lo que pasa. Pero visto desde afuera, es difícil de aceptar que personas consagradas con trabajo pastoral específico dentro de Nicaragua se saquen del país. No hay manera de entender eso.

¿Cómo valora el tema de los procedimientos y contradicciones de la dictadura con el destierro?

Hay un mensaje de que el que hable se va. También podemos entender que la dictadura quiere debilitar a la iglesia lo más posible. No se puede negar que han golpeado como institución en su estructura.

Es lógico que sacando al recurso sacerdotal se debilita el funcionamiento de la iglesia. Pero ellos podrán expulsar, confiscar, calumniar y desterrar, pero nunca van a poder entrar en el corazón católico de la mayoría de los nicaragüenses.

¿Sabe algo de Monseñor Rolando Álvarez o alguno de los sacerdotes?

Me he comunicado con sacerdotes en El Vaticano de los grupos anteriores y uno de ellos me dijo que estaba junto a Monseñor Rolando Álvarez, pero le dije que le comunicara que cuando tuviera número propio, quisiera saludarlo.

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Si recibí la información de que está muy afectado y lo entiendo porque esa salida tiene un tono de no volver (a Nicaragua), al menos visto humanamente. La salida de Nicaragua le está costando mucho. Cuando uno está así es difícil comunicarse.

Monseñor Silvio Báez se reunió con el Papa Francisco, que lo ratificó como Obispo Auxiliar de Managua, ¿qué significa esto para usted?

Pienso que es como Monseñor Rolando Álvarez, que sigue siendo Obispo de Matagalpa y Monseñor Isidoro Mora, sigue siendo Obispo de Siuna. Esos títulos son de trabajo pastoral y no creo que la Iglesia vaya a los vaivenes que la dictadura quiere.

¿Qué significa que algunas iglesias ya no tenga sacerdotes que oficien misas?

La Iglesia Católica va a salir adelante y no creo que la gente acepte que le distorsionen el evangelio, que es de libertad.

No debemos precipitarnos, pero si confío que el mensaje puro del evangelio se va a mantener en el corazón de los nicaragüenses. Luego, ya veremos como el pueblo sigue firme en la fe.

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