El gobierno del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, afirmó que la salida de Nicaragua de la Organización de Estados Americanos, OEA, a partir de este domingo 19 de noviembre, solo demuestra la «desesperación» para evitar que se les esté responsabilizando de sus «atroces abusos contra los derechos humanos».

A través de un comunicado emitido por el Departamento de Estado, la administración Biden afirmó que las acciones de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, son «una afrenta al compromiso del hemisferio occidental con la democracia».

«Hoy entró en vigor el retiro de Nicaragua de la Carta de la Organización de Estados Americanos (OEA). La decisión de Daniel Ortega y Rosario Murillo de aislar aún más a Nicaragua de la comunidad internacional demuestra su desesperación por evitar cualquier esfuerzo de la OEA o de socios de ideas afines, para responsabilizarlos por atroces abusos contra los derechos humanos», dice el documento.

El comunicado describió que los abusos del régimen incluyen detener, condenar y maltratar injustamente a presos políticos, incluido el obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez; atacar a periodistas independientes; y obligar a cientos de organizaciones de la sociedad civil e instituciones educativas a cerrar o traspasar sus operaciones al Estado.

La afrenta de los criminales

Las acciones del régimen de Nicaragua, añadió el Departameto de Estado, «son una afrenta al compromiso del hemisferio occidental con la democracia». Sin embargo, reiteró que a pesar de la denuncia de Ortega y Murillo de la Carta de la OEA, Nicaragua sigue sujeta a sus obligaciones de derechos humanos y gobernanza en virtud de los tratados e instrumentos restantes, incluida la Convención Americana sobre Derechos Humanos.

«Estados Unidos, trabajando con nuestros socios en la OEA, continúa revisando todas las herramientas disponibles y apropiadas para responsabilizar a Ortega, Murillo y sus sustitutos por sus acciones. Renovamos nuestro llamado a cumplir con sus obligaciones y cumplir las recomendaciones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos», indicó el gobierno de los Estados Unidos.

Asimismo añadió que la OEA actúa como la organización multilateral más importante del hemisferio occidental y tiene una larga historia de apoyo al avance democrático de todas las naciones de las Américas. Estados Unidos reitera nuestro apoyo al pueblo de Nicaragua y su búsqueda de libertades fundamentales, derechos humanos y democracia.

Continuarán evaluando herramientas de presión

Ahora, Estados Unidos y sus socios anticipan «continuar evaluando todas las herramientas» para instar al gobierno nicaragüense a «cumplir sus obligaciones», de acuerdo con declaraciones que brindaron funcionarios de la administración a la Voz de América.

Eric Jacobstein, subsecretario adjunto de la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental, que cubre América Central, Cuba y la migración regional, del Departamento de Estado, aseguró a este medio que EEUU -junto a una coalición de países de la OEA- siguen evaluando cómo pueden «trabajar para presionar a Nicaragua a que cese la represión y restituya la democracia».

En 2021, el canciller de Nicaragua, Dennis Moncada, señaló a la OEA como «un foro político para actuar como instrumento de injerencia e intervención de los Estados Unidos”.

«La decisión de Nicaragua es una movida fragante para socavar los esfuerzos de la OEA de demandar la rendición de cuentas por parte del régimen por sus continuos abusos a los derechos humanos», dijo Jacobstein a la VOA.

Entre los abusos mencionados por el funcionario se encuentran condenas y maltratos a presos políticos, ataques al periodismo independiente y a grupos religiosos, y el cierre de cientos de organizaciones de la sociedad civil.

«Seguiremos evaluando cómo podemos trabajar con la amplia coalición de países dentro de la OEA para presionar a Nicaragua que cese la represión y restituya la democracia», apuntó Jacobstein.

Posibilidad de sanciones «continúa sobre la mesa»

El jueves, como parte de las medidas «adicionales» para abordar la situación de Nicaragua, el presidente Joe Biden extendió por un año más el decreto que considera a Nicaragua como «una amenaza inusual y extraordinaria» a su seguridad nacional.

Jacobstein dijo a la VOA que esta extensión «deja claro que los gobiernos que niegan a sus pueblos los derechos humanos o amenazan los intereses de seguridad de sus vecinos no deben esperar que sus relaciones políticas, económicas y comerciales no se vean afectadas».

Aunque explicó que esta declaración «no incluye una designación específica», sí le da a EEUU «autoridad para continuar haciendo estas designaciones» que «siguen estando sobre la mesa».

«Definitivamente continuaremos responsabilizando a las personas por violaciones de derechos humanos en Nicaragua», agregó.

Al preguntársele sobre las posibles concesiones que debería hacer Nicaragua para considerar una remoción de las sanciones ya impuestas, como las restricciones de visado a cientos de funcionarios, Jacobstein detalló que el gobierno de ese país debe «cumplir con sus compromisos con el pueblo».

Entre ellos, mencionó, hacer una reforma electoral «significativa» que permita las elecciones «libres y justas»; además apuntó que la perspectiva estadounidense es «que el régimen continúa aislándose al suprimir la democracia, al no respetar los derechos humanos de los nicaragüenses y profundizar su colaboración con gobiernos autoritarios como Rusia».

«No voy a prescribir cuáles son las fórmulas exactas, pero ciertamente se deben tomar medidas con respecto a la democracia, los derechos humanos y también con respecto a la preocupante relación entre el régimen de Ortega y Rusia», agregó.

¿Qué hacer ante un estado que no cede a la presión internacional?

En repetidas ocasiones, el gobierno nicaragüense se ha referido a las sanciones que Washington ha impuesto sobre sus funcionarios como «absurdas».

Jacobstein enfatizó en que la prioridad de EEUU es «continuar trabajando para instar al régimen de Ortega María a cumplir con sus obligaciones y cumplir con las recomendaciones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos».

Sin embargo, apuntó que «no somos ingenuos sobre lo que realmente hará el régimen», al contrastar la resistencia del gobierno nicaragüense de ceder a la presión internacional.

«Las personas que cometen violaciones de derechos humanos que socavan la democracia… ciertamente no deberían tener acceso a una visa para EEUU…no deberían tener acceso al sistema financiero de EEUU… es difícil cambiar el comportamiento de actores arraigados… pero sentimos que es importante continuar usando estas herramientas para responsabilizar a esos individuos», dijo.

Nicaragua mantiene responsabilidad con derechos humanos

Pese a su desvinculación del organismo, Jacobstein recordó que Nicaragua «sigue estando sujeta a sus compromisos adquiridos en materia de derechos humanos y gobernanza bajo otros instrumentos y tratados, incluyendo la Convención Americana de Derechos Humanos».

En una resolución aprobada el pasado 8 de noviembre en la OEA; el organismo lamentó «profundamente» la salida de Nicaragua, y recordó que el país sigue obligado a «respetar los derechos humanos reflejados en las normas consuetudinarias y todos los derechos humanos contenidos en las convenciones multilaterales”.

EEUU, por su parte, aseguró que se mantendría vigilante a las violaciones de derechos humanos junto a socios en la región para asegurar que «haya una rendición de cuentas» en cuanto «a todas las personas que merecen la protección en Nicaragua».

La migración nicaragüense se mantiene como punto de preocupación

Sobre la posibilidad de que la salida de Nicaragua de la OEA provoque un aumento en la migración irregular desde el país, Jacobstein aseguró que «en gran medida esa migración tiene que ver con la falta de democracia en el país y el clima de derechos humanos».

El asunto de la movilidad irregular desde el país se mantiene como una «grave preocupación» para el gobierno estadounidense.

A esto recientemente se agregó la alarma causada por la llegada de cubanos a Nicaragua a través de vuelos chárter para continuar su camino hacia el norte, según advirtió Brian Nichols, subsecretario de Estado para asuntos del hemisferio occidental.

«Estamos absolutamente al tanto de estos informes sobre un aumento en los vuelos chárter que llegan a Nicaragua provenientes de varios países y nuestro sentimiento es que nadie debería sacar provecho de la desesperación de los migrantes vulnerables», dijo Jacobstein.

El funcionario adelantó que EEUU está «analizando de cerca la situación» para establecer «consecuencias para quienes facilitan la migración irregular a través de estos vuelos chárter». OEA y EE.UU: «Los nicaragüenses no están solos»

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