Un total de 44 congresistas estadounidenses solicitaron al presidente Joe Biden extender el Programa de Protección Temporal (TPS) para Nicaragua, asegurando que existe un deterioro del Estado de Derecho en el país centroamericano.

“Estamos esperanzados que la administración Biden continuará evaluando la situación y tomará una decisión correcta a la luz del impacto que podría haber para aproximadamente 450 mil nicaragüenses en Estados Unidos”, señala la carta.

Los congresistas recordaron al Poder Ejecutivo de Estados Unidos que la crisis sociopolítica está escalando en Nicaragua.

“Como bien saben, Nicaragua enfrenta una crisis sociopolítica y humanitaria que ha ido empeorando por años. El régimen del presidente Ortega ha violado repetidamente los derechos humanos, ha suprimido a disidentes políticos y ha desatado actos de violencia a la ciudadanía”, aseguraron.

También hicieron hincapié en los señalamientos de la Organización de Naciones Unidas (ONU) sobre el agravamiento de los ataques de la dictadura sandinista.

“La redesignación del TPS, sin dudas, salvará vidas y sería una de las políticas más consecuentes en temas de migración para la administración. Una redesignación podría proveer seguridad y oportunidad para los que ya viven en Estados Unidos y están en un “limbo jurídico”, señala la carta.

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Redesignación en un limbo

A principios de este año, los funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) desarrollaron un plan para expandir el programa TPS para migrantes de Nicaragua, que tiene décadas de antigüedad, y determinaron que merecía una expansión dado el deterioro de las condiciones en el país centroamericano, dijeron las personas, solicitando el anonimato para discutir las deliberaciones internas. En los últimos años, Nicaragua ha visto un número récord de ciudadanos migrar, en su mayoría a los EE. UU., para huir de la pobreza y la represión del gobierno.

La propuesta de expandir o redesignar el programa TPS para Nicaragua habría hecho que casi 400,000 migrantes nicaragüenses en los EE. UU. fueran elegibles para solicitar permisos de trabajo del gobierno y protecciones de deportación, según un cálculo interno del gobierno. El plan se consideró internamente a un alto nivel y se envió a la Casa Blanca y otras agencias para su aprobación.

Pero la administración finalmente decidió no expandir la elegibilidad de TPS, al menos por ahora, debido en parte a las preocupaciones de los funcionarios de alto rango de la Casa Blanca que temían que anunciar un generoso programa de inmigración pudiera contribuir a un fuerte aumento de la migración a lo largo de los EE. UU. Frontera con México, donde los cruces ilegales se han reducido drásticamente desde principios de mayo, dijeron las fuentes.

En cambio, la administración anunció hace unos días que extendería las designaciones de TPS para Nicaragua y otros tres países que la administración Trump buscaba cancelar, permitiendo que los beneficiarios existentes renueven su estatus pero dejando los programas cerrados para nuevos solicitantes.

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