Una adolescente de Muy Muy desaparecida y una mujer joven asesinada junto a su padre en La Dalia, ambos municipios del departamento de Matagalpa, son los últimos sucesos que han disparado las alarmas de la violencia contra la niñez  y las mujeres, según consideraron activistas de derechos humanos de la zona.

Bajo condición de anonimato, una de las activistas, a quien llamaremos Carmen, expresó que el Estado de Nicaragua en su afán represivo descuida uno de sus compromisos más importantes: la protección de los derechos humanos de niñas y mujeres.

“Tenemos el caso de una adolescente de 14 años que desapareció sin más ni más desde el miércoles en Muy Muy, la policía solo dice unas cosas pero no informa sobre el avance de las investigaciones ni a la familia ni a nadie”, denunció Carmen.

Recordó que la adolescente “salió de su casa, nadie la vio, la familia está desesperada buscándola, no tiene teléfono, pero tiene redes sociales y aunque no ha publicado nada, la policía orteguista no es capaz de cumplir con su  deber”.

Engaño a menores y otra gran crimen

Apuntó que la mamá de la adolescente informó a un medio simpatizante con la dictadura sandinista que a la muchacha no  se le conoce novio, pero existe un hombre del que no se revela identidad o si es investigado.

“La activista explicó que hay hombres que de manera personal y en las redes sociales se convierten en delincuentes organizados y se aprovechan de la ingenuidad de chicas menores de edad para engañarlas, ofreciéndoles empleos o una relación romántica fuera de serie. A eso hay que tenerle cuidado”, advirtió. 

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El segundo caso que enumeró la activista de derechos humanos en Matagalpa es el de una joven de 24 años, de nombre Meyling del Socorro Zamora Duarte.

“Fue asesinada a balazos junto a sus dos hijos gemelos, quienes salieron ilesos, no así su papá, el señor Gabriel Zamora Blandón, cuando dormían de madrugada en su casa en La Dalia», relató.

“En este caso, el gobierno sólo ha informado que el autor es Norwin Toruño, quien es pareja de la joven fallecida, por lo tanto no es un asesinato en contra de ella, sino un femicidio, y es eso lo que la dictadura se niega a reconocer”, precisó Carmen.

“El femicida también es el yerno de la otra víctima, don Gabriel”, dijo la activista, enfatizando que la violencia contra las mujeres no solo es un problema de salud pública, “es el reflejo de la falta de políticas serias de parte de un gobierno que no tiene nada de serio, mucho menos de responsable”.

“Este gobierno más bien lo que hace es promover la ineptitud de sus funcionarios, vulnerando los derechos de la ciudadanía, de niñas y de mujeres”, lamentó.

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Flagelo rural

Sostuvo que “las poblaciones rurales están más expuestas a la violencia debido a la escasa presencia estatal. La violencia contra las mujeres va en aumento y hacen falta acciones integrales para detener esta matanza”.

Las distintas organizaciones de defensa de los derechos humanos en Matagalpa demandan de la dictadura orteguista “que se haga justicia a las víctimas de la violencia y que hagan su trabajo para que se detenga este flagelo”.

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