(Agencias) La cumbre de los países de la Unión Europea y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), concluyó el martes con una declaración final de condena a la guerra en Ucrania, a la cual solo se opuso a firmar el representante de la dictadura de Nicaragua.

Pese a ingentes esfuerzos diplomáticos, no fue posible convencer a la delegación de Nicaragua de plegarse a la condena.

«Esta declaración ha sido respaldada por el conjunto de los países, con la excepción de uno que no ha podido suscribirlo debido a un párrafo», declaró el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, en la rueda de prensa posterior a la cumbre. La Unión Europea insistió en incluir en el texto final una mención a Ucrania, confrontada a una invasión rusa desde febrero de 2022.

El tema marcó las negociaciones durante toda la cumbre de la UE-CELAC, donde la negativa inicial de Venezuela, Cuba a Nicaragua a condenar la invasión rusa marcaban la pauta. A medida que avanzaron las negociaciones, La Habana y Caracas aceptaron una condena explícita a la invasión y Nicaragua se quedó sola en su rechazo, tal como ya ha hecho en la Asamblea General de la ONU, votando en contra de las resoluciones.

«Todo un éxito”

«Discutimos mucho, por supuesto, el hecho de que todos quieren que esta guerra termine y que la paz debe ser duradera y que debe estar centrada en la Carta de la ONU», señaló la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen. El empantanamiento de las negociaciones sobre una fórmula de consenso evidenció el reto de acordar posiciones entre la UE, un bloque sumamente institucionalizado, y un foro heterogéneo de 33 países como la CELAC.

Pese a ello, el primer ministro interino de Países Bajos, Mark Rutte, consideró que la cumbre -que estaba pensada como una oportunidad para revitalizar los vínculos, luego de ocho años sin encuentros- fue «todo un éxito», y subrayó que «la unanimidad con casi sesenta países es imposible, ni siquiera en la Unión Europea de 27 países es siempre posible estar todos de acuerdo».

Debido al debate por Ucrania, un importante anuncio de inversión del bloque europeo quedó relegado a un segundo plano, así como un encuentro labrado por Francia entre el gobierno de Venezuela y la oposición y los debates comerciales y sobre desafíos como el cambio climático.

También lastró la cumbre UE-CELAC la cita un debate impulsado por los países del Caribe sobre reparaciones por siglos de colonialismo y esclavitud infligidos por las potencias europeas. Diferencias sobre Ucrania dividen a una cumbre UE-Latinoamérica que debía ser una celebración

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