Voz de América. El nicaragüense Snayder Suazo Báez, de 29 años, emigró para Costa Rica en 2020 por la violencia estatal. Aunque tenía formación como psicólogo clínico, al principio tuvo que hacer varios oficios como lavar carros y guardia de seguridad.

«Empecé a trabajar de lo más humilde, empezar de cero», contó a la Voz de América.

Pero gracias a las remesas que le envió su familia, comenzó un pequeño negocio durante la pandemia. Sus familiares en Estados Unidos le enviaron unos 6.000 dólares en un periodo de dos años, de los cuales 4.000 fueron prestados, dijo. Con el dinero compró una máquina de serigrafía con la que imprime sobre camisetas y otros objetos que comercializa por internet.

“Todavía este negocio es algo informal que tengo para ofrecerle al público en Marketplace”, contó. Como Suazo, miles de nicaragüenses reciben remesas familiares.

Según datos del Banco Central, en 2022 los nicaragüenses recibieron un récord de 3.224,9 millones de dólares en concepto de remesas familiares, 1,078 millones de dólares más que en 2021. En Costa Rica, que es el principal país de refugio de los nicaragüenses, se percibieron unos 593 millones de dólares en remesas, según el BID. https://cafeconvoz.com/2023/01/31/nicaragua-registra-numero-historico-de-remesas-provenientes-de-ee-uu-en-2022/

Centroamérica es una de las regiones más dependiente de las remesas en el mundo.

Según datos oficiales proporcionados por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), las remesas que recibieron los países centroamericanos —Belice, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá— en 2022 alcanzaron los 38.900 millones de dólares. El 84,3 % de las remesas provienen de EEUU.

Ricardo Zeas, un joven nicaragüense exiliado, es uno de los clientes de Suazo, y dijo a la VOA que recientemente le encargó unos 20 bolsos con sublimaciones y pagó por ellos unos 58,000 colones (unos 106 dólares).

Suazo también se compró un vehículo con las remesas, y contó que lo alquila para hacer servicio de Uber. También trabaja como repartidor de Uber Eats en una bici-moto, su tercera fuente de ingresos.

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