Voces en Libertad

Sus familiares, feligreses y amigos le llamaban solamente “padre Bayardo”. “A él le gustaba la cercanía con el pueblo. ‘Los muros son para las casas’, decía.  ´Las personas cuando se alejan, se deshumanizan’, señalaba. No le gustaba el trato a distancia con la gente, por eso sonreía con ternura cuando lo buscaban para algo.  ‘No oír al pueblo, es como negarle el agua al sediento’, expresaba.

El padre Bayardo nació y creció en Matiguás, estudió sacerdocio en Matagalpa, Managua y otros cursos en el extranjero. Su ordenación sacerdotal se produjo el 17 de diciembre del año 2005, cuando el Obispo de Matagalpa era monseñor Jorge Solórzano, hoy obispo de Granada.

Una vez ordenado, inició su ministerio en la parroquia de San Ramón. “Llegó a esta parroquia para ser muy querido aquí por su feligresía”, dijo un habitante de este municipio, muy amigo del padre Bayardo, quien al enterarse de la triste noticia rogó por su alma. “Las mejores personas nos dejan primero”, expresó.

Después de varios años, la Diócesis de Matagalpa lo ubicó en Río Blanco y luego lo nombró rector del Seminario Menor San Luis Gonzaga de Matagalpa.  Al momento de “acudir al llamado del Señor”, se desempeñaba como Vicario de la parroquia Nuestra Señora de Fátima, en el Municipio de Rancho Grande.

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“Un padre humilde”

Un extrabajador de la clausurada Radio Hermanos, voz oficial de la Diócesis de Matagalpa, comentó que el padre Bayardo era una persona humilde. “Pero eso sí, cuando debía ser severo, especialmente contra las injusticias, era capaz de levantar la voz y hasta golpear la mesa”, contó. 

“Era amigo de los amigos y fiel a las ovejas que había pastoreado”, recordó el extrabajador. Sus homilías eran agradables porque “hablaba para los jóvenes, a los de cuerpo y a los de espíritu, los animaba a ser siempre la reserva moral de la iglesia”.

“El padre llamaba siempre a no dejarse perder por los cantos de sirena que se oyen en cada esquina, pues el demonio, tiene una voz pausada pero llena de todo tipo de venenos”, precisó.

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Hace una semana se refirió a la muerte

La semana pasada, en una de sus “eucaristías cumpleañeras” se refirió a la muerte en general como “volver a la casa del Padre. “Allá todos seguimos siendo hermanos y gozamos de la luz perpetua”, recordó que dijo el padre Fernando Calero, uno de sus amigos más cercanos.

“El padre Bayardo, era una persona llena vida, alegre, trabajador, apasionado por el evangelio, amable, servicial, caritativo, celoso en la defensa de su fe, fiel al Señor, obediente en el ejercicio de su ministerio”, detalló Calero. 

El año pasado el padre Bayardo cumplió 18 años de vida sacerdotal. La semana pasada celebró su cumpleaños 47, rodeado de su familia, amistades, fieles católicos, tanto de Rancho Grande como de Matiguás. Ahora los que le conocían lamentan su partida trágica y sorpresiva.

El padre José Bayardo Zeledón Díaz, falleció a las 9:00 de la noche del Lunes Santo, en un accidente de tránsito. Según el informe preliminar, ofrecido por la policía, el padre Bayardo conducía un carro marca Suzuki Alto, color rojo con placa de Matagalpa No. 37140.

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Perdió control del vehículo, dice Policía 

La policía afirma que el religioso, presuntamente viajaba a alta velocidad, perdió el control del vehículo que terminó volcado, muriendo minutos más tarde en el lugar de la tragedia, en el kilómetro 202, del sector conocido como la Colonia #2, carretera Waslala-Rancho Grande.

El informe oficial indica que el presbítero regresaba de oficiar una eucaristía en la comunidad La Colonia- Agrícola e iba rumbo a su parroquia.

Según anunció la Diócesis de Matagalpa, los restos del padre Bayardo serían velados en la capilla San Francisco de la comunidad El laberinto, del municipio de Matiguás, lugar donde también recibirá este miércoles cristiana sepultura.

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