Voz de América. SAN JOSÉ, COSTA RICA — Mariela aprovechó los dos días que tenía acumulado de vacaciones en su trabajo, para unirse a extensas filas de nicaragüenses que desde horas de la madrugada acuden a los puntos autorizados en donde se emite un documento vital para viaja: el pasaporte.

En los últimos meses la migración ha aumentado en el país centroamericano que vive una de las peores crisis políticas en los últimos 30 años. Según datos oficiales del gobierno de Nicaragua, solo en la semana del 8 al 14 de octubre, Migración y Extranjería emitió 7.385 pasaportes.

Y la cifra pudiese ser más alta, pero según las personas que acuden ante las instancias estatales, al día solo se emiten cupos para atender a 100 personas en cada uno de los puntos donde se entrega el pasaporte.

Mariela asegura que durante el primer día acudió a Migración y Extranjería en su sede central, “pero fue imposible sacar el documento porque las filas estaban de más de cinco cuadras”, que equivalen a casi medio kilómetro.

“Había una cantidad de personas increíble; yo nunca había visto tanta gente sacando pasaporte. Al día siguiente acudió a otro lugar desde 5:30 de la mañana y, pues, ya había personas haciendo fila”, dijo la mujer a la VOA.

Además indicó que hay personas que viajan de los departamentos del interior del país y hacen extensas filas sin resultado alguno en la búsqueda del pasaporte.

“Conocí un señor de Granada y el pobre ya era su tercer día consecutivo tratando de sacar el pasaporte, y no, no lograba por la gran cantidad de personas que lo estaban sacando, y él me decía que gastó dinero en pasaje, en comida y él no estaba trabajando”, relató.

Pueblos fantasmas

Andrés es un joven de 27 años, originario de Camoapa, un municipio ubicado a unos 115 kilómetros de Managua, y que históricamente ha sido un bastión de oposición al presidente Daniel Ortega. Aún con las alcaldías que todavía permanecen en manos de un partido político no oficialista, la gente de la localidad está migrando.

Andrés es un joven de 27 años, originario de Camoapa, un municipio ubicado a unos 115 kilómetros de Managua, y que históricamente ha sido un bastión de oposición al presidente Daniel Ortega. Aún con las alcaldías que todavía permanecen en manos de un partido político no oficialista, la gente de la localidad está migrando.

Este joven comenta que lo que ocurre en la actualidad pareciera un Déjà vu para sus abuelos y familiares que le contaban que para la guerra de la década de los 70 y 80, “la gente se iba de la misma manera” que hoy en día.

Andrés comenta que de su círculo de amigos se han ido al menos ocho personas que jugaban básquetbol con él en el parque de la ciudad.Nicaragua rompe récord de migración a Estados Unidos en 2022

“Ellos llegaron bien a Estados Unidos. Están bien, pero hace falta platicar o jugar con ellos en las canchas. Ya Camoapa no es lo mismo, desde mi punto de vista todo está desolado de tanta gente que ha emigrado a EEUU en busca de oportunidades. Me alegra por ellos porque están allá con bien y están trabajando, pero no te voy a negar que golpea el ya no verlos y hasta ganas de irse dan”, comenta a la Voz de América vía telefónica.

Remesas representarán casi el 25 % del PIB

La salida masiva de nicaragüenses ha representado un aumento récord en el envío de remesas hacia el país centroamericano. De enero a agosto de este año, representaron uno 299.7 millones de dólares en Nicaragua, superando en un 71.5% a las registradas en igual mes de 2021, según el Banco Central.

La entidad financiera indicó que los países de origen de las remesas de agosto continúan siendo: Estados Unidos con el 78,8 % del total, seguido de Costa Rica (7,8 %), España (7,2 %), Panamá (1,9 %) y Canadá.

En los próximos años, en términos de crecimiento de remesas, la tendencia será menor que en 2021, 2022 y 2023, y crecerán a 10 %, la mitad de lo que están creciendo en 2022, asegura a la VOA, Manuel Orozco, director del programa de Migración, Remesas y Desarrollo de Diálogo Interamericano, una entidad con sede en Washington.

Un nicaragüense aborda un autobús de madrugada con rumbo a la frontera de Honduras para seguir su tránsito a EEUU. Foto VOA

“La razón principal estriba en que la tendencia migratoria irá disminuyendo toda vez que el éxodo masivo haya acaparado al 20 % de la población. Sin embargo, frente a la situación en cómo el régimen intenta gobernar Nicaragua, sin opciones de generación de riqueza, las remesas representarán casi el 25 % del PIB.

Pero más allá de eso, según datos oficiales del gobierno de Ortega, las remesas son un importante aliciente para las familias nicaragüenses que no tienen acceso a complementar para la canasta básica que hasta septiembre de este año costaba 17.981 córdobas, unos 513 dólares, cuando el salario mínimo oscila entre 4.700 córdobas, que son unos 134 dólares y 10.500 córdobas, que equivalen a unos 300 dólares.

“Las remesas constituyen una fuente del ingreso total de un hogar receptor de remesas, y en el caso de Nicaragua son el 65 % del ingreso total del hogar. En las circunstancias actuales en donde existe carestía de bienes y sus precios han crecido, y las opciones en promedio de invertir en la economía local no son propicias—no hay interés en invertir, el dinero se consume casi en más de 90 %”, agrega Orozco al respecto.

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