Tomado de la Voz de América. El ministro de Relaciones Exteriores de Costa Rica, Arnoldo Andre Tinoco, hizo un llamado para que la comunidad internacional apoye a su país en la gestión de la migración, expresó su preocupación por la situación de los DD.HH. en Nicaragua, y defendió la lucha contra el cambio climático.

El ministro de Relaciones Exteriores de Costa Rica, Arnoldo Andre Tinoco, destacó en entrevista con la Voz de América que la migración proveniente de países como Nicaragua y Venezuela «está agotando los sistemas».

El diplomático adelantó que Estados Unidos es una de las naciones que está buscando soluciones para mitigar el peso migratorio que recae sobre Costa Rica.

A continuación la entrevista realizada al canciller costarricense al margen de la 77 Asamblea General de las Naciones Unidas.

VOA: Ministro, muchísimas gracias por conversar con la Voz de América. ¿Cuál es su estrategia de migración en Costa Rica, teniendo en cuenta que está afectando justamente a toda la región centroamericana y a todo el continente?

Tinoco: Efectivamente, el tema de la migración es uno de los grandes desafíos internacionales que tenemos. Costa Rica tiene una característica distinta a los demás países, en el sentido de que es país anfitrión y recibe la migración de los países vecinos.

Tenemos dos grupos de migrantes fuertes en este momento. Por un lado, los que nos entrega Panamá en la frontera sur, que se acompañan hacia la frontera norte. Ahí estamos hablando de unas 160.000 personas por año; muy vulnerables, son familias o mujeres o niños que transitan por el país para seguir su marcha hacia el norte. A veces se quedan unos días, semanas o meses en el país para ver si pueden acumular algunas reservas o recursos financieros para continuar su marcha, por cuanto en Nicaragua se les cobra por el paso, ese es un grupo.

El otro son los que migran para quedarse en el país. Ahí estamos hablando que recientemente en los últimos años tenemos unas 200.000 solicitudes de refugio en proceso, con poca capacidad administrativa para procesarlos. Hay un tiempo de espera de más de ocho años desde que se presenta la solicitud para el examen del expediente.

Reciben en ocasiones permisos de trabajo provisional, y de ellos un 85% proviene de Nicaragua. El otro porcentaje se reparte entre venezolanos, parcialmente de Venezuela y de Colombia, que continúan su marcha hacia Costa Rica; algunos haitianos y también cubanos.

El asunto está rebasando los límites de la razonabilidad, está agotando los sistemas. El país tiene que invertir grandes sumas en educación, seguridad social, integración y seguridad de estas poblaciones. Y para ello estamos acudiendo a la comunidad internacional, haciendo un llamado de apoyo financiero no reembolsable para resolver este asunto, dado que consideramos injusto que el país tenga que endeudarse más para pagar intereses para resolver un problema cuya causa u origen no es Costa Rica. Entonces hemos creado un plan de corto, mediano y largo plazo. Ya tenemos una mesa de trabajo con autoridades de Estados Unidos que han mostrado interés en apoyarnos en resolver este desafío y estamos justamente estos meses trabajando en ello.

VOA: Usted mencionaba que ya fue criticado su discurso por parte de Nicaragua. ¿Cuál es justamente la posición con respecto a Nicaragua a la situación de los presos políticos y que opina también sobre Venezuela?

Tinoco: Ya le decía que Costa Rica es víctima directa de la situación nicaragüense, en cuanto a que parte de su población migra y busca refugio en nuestro territorio y en nuestras estructuras sociales.

Hay que diferenciar la relación entre Costa Rica y Nicaragua en dos planos; uno a nivel fronterizo como país vecino, que es donde les interesa a ambos, por supuesto, un flujo de frontera ordenado y seguro en temas aduaneros, de control fitosanitario, de control de tráfico de drogas, etcétera. Esa coordinación la hacemos bien con las autoridades nicaragüenses.

Sin embargo, a nivel de organismos internacionales y resoluciones conjuntas, Costa Rica se ha sumado a expresar su grave preocupación por la violación sistemática de varios derechos humanos. Entre ellos destacan problemas serios en cuanto a los presos políticos, donde hay más de 180 presos de esta naturaleza, muchas veces impedidos incluso de recibir visitas durante más de un año y, parece ser, en muy malas condiciones, y ahí hay una preocupación seria.Costa Rica denuncia crisis en Nicaragua y pide libertad de secuestrados políticos ante la ONU

La otra es la supresión de la libertad de expresión y prensa, porque ya no se puede operar desde Nicaragua. Prácticamente todos los medios de prensa nicaragüenses están operando desde Costa Rica.

A ello habría que agregarle la cancelación de la personería jurídica de más de 1.200 organizaciones no gubernamentales, NGO, a las cuales se les ha cancelado su capacidad de actuar. Muchas de ellas se han trasladado también a operar desde Costa Rica.

Esto sin mencionar la presencia del ejército ruso en suelo nicaragüense y 50 tanques rusos que Nicaragua había adquirido sin una amenaza externa. Costa Rica no tiene armamento, no tiene ejército, no puede significar una amenaza para Nicaragua.

Entonces, ese cúmulo de factores por supuesto provoca inestabilidad en la región, por cuanto se aleja de los principios fundacionales mismos del SICA, del Sistema de Integración Centroamericana. Y es ahí donde Costa Rica alza su voz para llamar la atención, tanto en el seno de la OEA como ahora en Naciones Unidas, sobre la situación que se está presentando allá, por cuanto está afectando directamente a la población.

En Venezuela (hay) una situación igualmente trágica. Tenemos más de 6 millones de personas que han emigrado de Venezuela, eso es más grande que el número de cualquier conflicto armado. Se han ubicado en los países vecinos: Ecuador tiene muchos, Colombia tiene otro tanto, Perú otro tanto, y otro tanto migra hacia el norte.

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