El Obispo de la Diócesis de Matagalpa, Monseñor Rolando Álvarez, denunció la noche del jueves 19 de mayo, que es perseguido por la Policía Sandinista y que lo han asediado durante una visita a sus familiares en Managua.

Álvarez es uno de los obispos más críticos a la dictadura sandinista, que en cada homilía dominical, aborda la problemática sociopolítica de los nicaragüenses.

Invadieron casa de familia

“Hoy he sido perseguido durante todo el día por la Policía Sandinista. Al final de la tarde, encontrándome en la casa de mi sobrina, fui a preguntarle a los oficiales que por qué me persiguen, pero me dijeron que ellos solo siguen órdenes”, denunció Álvarez en una transmisión desde las redes de la Diócesis de Matagalpa.

Añadió que les pidió a sus perseguidores que hablaran con el jefe de la guardia sandinista, para decirle que era suficiente el asedio y que pararan, pero fue peor.

“Ocurrió lo contrario, entraron en mi círculo de privacidad familiar, llegaron a mi casa, poniendo en riesgo la seguridad de mi familia y entonces me regresé a la parroquia Santo Cristo de Las Colinas”, relató en un vídeo a través de redes sociales.

Álvarez señaló que iniciará un ayuno indefinido hasta que la Policía Sandinista deje de perseguirlo.

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“En la Parroquia del Santo Cristo de Las Colinas, desde donde hoy comienzo un ayuno a agua y suero, indefinido, hasta que la Policía, a través del presidente o vicepresidente de la Conferencia Episcopal, me informen si van a respetar mi círculo personal”, dijo el jerarca católico.

“Pido al pueblo santo de Dios, a los que quieran unirse conmigo en este ayuno a que lo hagan”, añadió.

Que lo “cuidan” le dicen

Álvarez aseguró que cuestionó a los oficiales en un semáforo de la Carretera a Masaya y que estos le respondieron que por su seguridad lo andaban escoltando. “Ellos me dijeron que es por mi seguridad, pero ya sabemos que los que nos hacen sentir inseguros con esta persecución, son ustedes, hermanos policías”, dijo el obispo.

Dictadura desata persecución a religiosos

La persecución contra miembros del clero, incrementó a raíz de la aprobación en el Parlamento que controla la dictadura, de un informe de Análisis de las Normas Jurídicas Aplicables a las personas que cometen “delitos de odio”, el pasado 4 de mayo. El informe señala que las supuestas víctimas entrevistadas por servidores del régimen dictatorial, aseguraron que las penas deberían ser más severas y demandaron procesos contra curas, sacerdotes, obispos y directores de organizaciones de derechos humanos.

“Dijeron (las víctimas) que en el carácter en que cometieron los delitos no fue como pastores representantes de Cristo, tampoco buscando como proteger y defender los derechos humanos, sino de manera personal, con saña y odio hacia la militancia sandinista y personas relacionadas con el gobierno”, señala el informe.

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El 16 de mayo, paramilitares y miembros de la Policía sandinista al servicio de la dictadura, asediaron la Iglesia San Juan Bautista de Masaya y a su párroco, Harving Padilla, quien confirmó que en ese momento, nadie podía entrar ni salir del templo ni sus alrededores.

A Padilla la dictadura lo acusa de estar involucrado en la muerte de un guardia sandinista en 2018, cuyo cadáver fue quemado en Masaya.

Por otro lado, este miércoles, oficiales de la Policía Sandinista asediaron y tomaron fotografías al Padre Uriel Vallejos, párroco en Sébaco, Matagalpa, mientras ingresaba a la Nunciatura Apostólica en Managua, donde se mantiene un fuerte dispositivo policial desde finales del año 2021.

“¿Para qué querés mi cédula? Soy sacerdote y vengo a la Nunciatura. Él es el chofer y te está dando los documentos, yo no te los puedo dar”, dijo Vallejos a los oficiales de Policía a la entrada de la Nunciatura.

El sacerdote de la Diócesis de Matagalpa es asediado desde 2019. El 18 de octubre de ese año, el padre Vallejos enfrentó el asedio policial en la Capilla Divino Niño, parroquia que funcionó como centro de acopio, para la recaudación de víveres, a favor de presas y presos políticos.

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