La dictadura sandinista apuesta por silenciar las críticas de la comunidad internacional con su retiro de facto de la Organización de Estados Americanos, OEA, y la posterior confiscación de sus instalaciones en Managua.

A criterio de Uriel Pineda, especialista en derechos humanos, la dictadura está enterrando cualquier tipo de negociación futura que aborde el tema de fondo, que es la libertad, justicia y rendición de cuentas.

En una entrevista a Café con Voz, Pineda considera que la comunidad internacional no ejerce suficiente presión contra la dictadura debido a que “está convencida” que la estructura caerá por si sola.

¿Qué te ha parecido esta acción considerando la gravedad?

Creo que el régimen pretende adelantarse ante la posibilidad de expulsión de la OEA a través de la aplicación de la Carta Democrática Interamericana.

El régimen está intentando frenar la presión internacional sobre sus funcionarios y evitar casos como la denuncia y renuncia del anterior embajador de Nicaragua ante la OEA, lo que deja muy mal al régimen.

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Además, cuando se dé el momento para negociar, el régimen puede poner como moneda de cambio el restablecimiento de las relaciones con la OEA.

¿Esto debe considerarse como una victoria o como algo grave?

Cualquier persona que alza la voz en Nicaragua es encarcelada, exiliada o con presiones. A la Comunidad Internacional no la puede encarcelar, entonces el aislamiento busca silenciar a la comunidad internacional en función de buscar como no se propague información y no se cuestione.

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Ortega eleva las tensiones cuando se siente presionado, ¿esto es parte de una estrategia política?

Estoy de acuerdo en que el régimen puede estar robando cosas que pueda ceder luego en una negociación para que no se toque el problema de fondo.

Una negociación se ve improbable por la desconfianza en Ortega y al régimen no le conviene negociar porque a medida que eso avance, se da más espacio a la demanda de justicia y rendición de cuentas. La salida negociada cada vez es más distante.

El aislamiento de Nicaragua ha imposibilitado que las agencias de cooperación financien a organizaciones de la sociedad civil. Por esto, el gran capital debería financiar nuevas acciones sociales. Debe apoyar estos esfuerzos, porque si no podría pasar a ser una víctima más de la crisis.

La estrategia de comunicación del régimen está enfocada en diluir el tema principal.

¿Qué está pasando con la comunidad internacional?

La Comunidad Internacional está convencida de que el régimen caerá por si solo y que no es necesaria la fuerza. Si un país como Estados Unidos no quiere ensuciarse las manos, tendrá que utilizar herramientas democráticas, incluyendo a países de la región.

Por eso, se debería optar por buscar países aliados en la región. Se debe apelar a la construcción de estrategias internas que sume a autores que no solo participen de palabra.

Si se le cierran las fuentes de financiamiento al régimen, va a buscar financiamiento ilícito, lo que hará que la dictadura se convierta en una amenaza y la comunidad internacional va a tener que actuar de una forma diferente.

¿Es necesaria una reforma a la Carta Democrática Interamericana?

Estos instrumentos no han sido eficaces para contrarrestar la escalada dictatorial, pero tampoco creo que sea conveniente en este momento. Si se abre un debate en este momento, al tener varias dictaduras, se va a diluir.

Una vez que se haya recuperado más espacios democráticos, se podrá replantear este debate.

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