El periodista de investigación, Octavio Enríquez, un destacado comunicador que ha develado la corrupción en Nicaragua y ha sido merecedor de premios nacionales e internacionales, se exilio en otro país, tras la persecución del régimen de Daniel Ortega en contra de la prensa independiente acusándolos de emitir noticias falsas por medio de la Ley de Ciberdelitos, sumado a la implicación que quieren hacer de los profesionales de la comunicación con el caso de la extinta Fundación Violeta Barrios de Chamorro, acusada de supuesto lavado de dinero.

La ola represiva del régimen de Daniel Ortega en contra de la prensa independiente en Nicaragua ha provocado que más de una veintena de periodistas hayan optado salir del país para salvaguardar su vida, tras las constantes amenazas de detención por medio de la fiscalía controlada por el dictador nicaragüense.

Esta mañana, el investigador y periodista de Confidencial y otros medios de comunicación internacionales, publicó su exilio forzoso, pues el sandinismo lo había citado varias veces en el Ministerio Público, para testificar sobre el trabajo de la extinta Fundación Violeta Barrios de Chamorro (FVBCh) acusada de lavado de dinero.

Durante esas entrevistas, los fiscales plegados al oficialismo lo amenazaban de aplicarle la Ley de Ciberdelitos, una normativa creada por Daniel Ortega para criminalizar a los periodistas independientes bajo el argumento de crear “noticias falsas” para atemorizar al pueblo.

“Cuatro camisas y dos pantalones. Eso fue todo lo que metí en mi equipaje cuando decidí salir de Nicaragua, después de haber meditado que, si quería seguir publicando investigaciones periodísticas sobre el régimen de Daniel Ortega, me esperaba la cárcel o un prudente silencio como lo habían advertido desde el oficialismo”, señaló el comunicador.

Como parte de las medidas que algunos periodistas han tomado para bajar perfil, destacan dejar de firmar cada una de las piezas periodísticas que se publican en los medios de comunicación, así como las audiovisuales. Pero para Enríquez eso no era una opción, pues asegura que no quiere volver al tiempo del periodismo clandestino o de catacumbas, a como impuso la dictadura de la familia Somoza en los años 70, amenazando a todo aquel que publicara noticias en contra de su tiranía.

“Quienes estamos afuera seguimos el camino en cambio de resguardar nuestra integridad, pero si algo nos hermana en ambos casos- periodistas en Nicaragua y en el exterior- es el compromiso de informar, documentar lo que está ocurriendo, a pesar de las presiones que pueden traducirse en citas a la Fiscalía o visitas inesperadas de civiles a mi casa, como la ocurrida el seis de agosto al medio día, cuando se identificaron como policías al tocar la puerta y dijeron que buscaban confirmar mi dirección porque entregarían una citatoria para que me presentara esa misma tarde”, dijo el comunicador.

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Seguirá informando desde el exilio

Y aunque el exilio signifique un cambio rotundo de vida, donde se deben de poner como prioridad el suplir las necesidades personales y las de la familia, el también profesor de varias generaciones de periodistas, dijo que seguirá informando en libertad y no someterse a lo que la dictadura imponga.

Octavio Enríquez ha sido ganador de diversos premios, pero el más destacado ha sido el premio Internacional de Periodismo Rey de España en la categoría de periodismo ambiental y desarrollo sostenible obtenido en 2014, así como el preso Ortega y Gasset en 2011.

De acuerdo con la organización Periodistas y Comunicadores Independientes de Nicaragua, más de 20 periodistas han salido del país por puntos ciegos con Costa Rica y Honduras para preservar su libertad; lo hacen de esa manera porque en los puestos migratorios oficiales, los agentes de Migración y Extranjería le quitan el pasaporte y les prohíben la salida a los comunicadores que no son aliados al régimen de Daniel Ortega, bajo el argumento de restricción migratoria por investigación ante el supuesto delito de lavado de dinero y ciberdelitos.

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