La dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, oficializó la muerte de Edén Pastora Gómez, este martes 16 de junio, a los 83 años de edad.

Seguidores de la dictadura publicaron en sus redes el deceso de Pastora, aduciendo que se debió a un infarto. Sin embargo, Pastora estuvo internado dos veces en el hospital Militar, afectado por Covid19. Fue trasladado de Rivas a Managua de emergencia, después de celebrar una fiesta en las tierras que la dictadura le regaló en Tola.

Aunque el fallecimiento era un fuerte rumor en las redes sociales, desde el sábado pasado, la dictadura oficializó la muerte de Edén Pastora hasta hoy.

Edén Pastora, el “Comandante Cero”, cobró fama contra la dictadura de Anastasio Somoza, al ser parte de la toma al Palacio Nacional, sede del Congreso en agosto de 1978. Luego se convirtió en enemigo de sus “camaradas” y fue tildado en los años 80 como agente de CIA.

Durante esta etapa, tuvo su base de operaciones en el norte de Costa Rica, próximo al río San Juan, cuya margen es frontera natural con el vecino país.


En los años 90, luego de perder el poder los sandinistas, anduvo en busca de cargos públicos y en 1996 hasta aspiró a ser candidato a la Presidencia, pero fue inhibido por haber asumido la nacionalidad costarricense.

Luego se declaró en bancarrota y hasta ofreció vender un anillo y un reloj que le había regalado el ex presidente de Panamá, Omar Torrijos. Hasta un tigre pichón ofreció vender en El Nuevo Diario. Dijo estar tan mal que “le vendo el alma al diablo” afirmó en aquel momento.

Se orilló a Ortega y “floreció”

En el 2008 se alió Daniel Ortega, asumiendo una actitud defensa y lambisconería extrema.

Ortega lo nombró delegado de su gobierno para el desarrollo del Río San Juan y fue tan feliz que hasta se atrevió a abrir una trocha en el Río San Juan, que afectó territorio tico y nos valió una demanda ante la Corte de La Haya. Esa acción nos ha costado más de seis millones de dólares en daños ambientales, más las costas del juicio.


En 2012, a Pastora la dictadura le regaló 20 manzanas de tierra en la zona de Tola, que le fueron expropiadas arbitrariamente al proyecto turístico Punta Teonoste.

Luego de la rebelión de abril de 2018, Pastora fue uno de los encargados de armar y liderar a paramilitares que adueñaron a decenas de nicaragüenses en todo el país, según lo confesó él mismo en entrevistas con medios oficialistas.

Fue parte de los que fustigaron a los obispos acusándolos de “golpistas” y le recordó que “las balas traspasan las sotanas”.

Entrevistado en Café Con Voz, el 11 de abril de 2017, afirmó que “organizaría al pueblo” para defender a Daniel Ortega. Un año después lo materializó, al movilizarse por todo el país reclutando a miembros del llamado sandinismo histórico, para que actuaran como paramilitares y dispararan contra civiles que se levantaron en contra del tirano que defendió hasta la muerte.

Dijo que nunca se le quedó un dólar mal habido en la mano, aún cuando contó millones en toda su vida. Sin embargo, los últimos que recibió como pago de parte de la dictadura estaban empapados de sangre.

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