En una nueva muestra de su control totalitario sobre el sistema educativo de Nicaragua, la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo ha lanzado un programa nacional que obliga a los docentes a introducir a los estudiantes desde primer grado hasta bachillerato en la historia del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).
Este programa, disfrazado de una iniciativa educativa, tiene como objetivo principal adoctrinar a la niñez y juventud del país con propaganda sandinista, perpetuando la narrativa oficial del régimen y distorsionando la historia reciente de Nicaragua.
El documento lo filtraron docentes de colegios públicos a Café con Voz, asqueados y espantados por el monumental lavado de cerebro a la niñez y adolescencia de Nicaragua.
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Objetivos de la dictadura
El principal objetivo de este programa es consolidar el poder del régimen sandinista a través del control ideológico de las futuras generaciones, según la denuncia de los maestros.
Principales Actividades de adoctrinamiento político del FSLN
El programa político incluye una serie de actividades diseñadas para inculcar la ideología sandinista en los estudiantes. Entre las más destacadas se encuentran:
Narración y dramatización de la historia nefasta del FSLN: Desde primer grado, los estudiantes deben participar en actividades que incluyen la narración y dramatización de eventos relacionados con la toma militar del poder en 1979. Esto incluye la representación de combates, ejecución de opositores y otros actos de violencia, presentados como «heroicos y necesarios para la liberación del pueblo».
Celebración de fechas clave del sandinismo: Los estudiantes son obligados a celebrar fechas claves para el FSLN, como el 19 de julio, día del triunfo sangriento de las guerrillas izquierdistas. Estas celebraciones incluyen sociodramas y actos que exaltan la figura de líderes sandinistas y minimizan o ignoran las víctimas de la represión.
Investigación sobre símbolos del FSLN: En los grados superiores, los estudiantes deben investigar y dramatizar la vida de «héroes y mártires» del FSLN, reforzando la narrativa oficial del régimen y omitiendo las violaciones a los derechos humanos y crímenes de lesa humanidad cometidos por el FSLN a lo largo de su historia.
Uso de canciones revolucionarias: Los estudiantes de séptimo y octavo grado deben crear historias basadas en letras de canciones revolucionarias, interpretando y dramatizando los mensajes y letras políticas. Esta actividad refuerza el discurso propagandístico del régimen y desvirtúa el propósito educativo.
Acciones para el sometimiento político de la Niñez y Juventud
De acuerdo con los docentes, el programa no solo busca adoctrinar a la niñez y adolescencia, sino también someter políticamente a los familiares de los estudiantes. Algunas de las acciones específicas incluyen:
- Control y vigilancia: Los docentes y bibliotecarios son convertidos en agentes de control ideológico, encargados de supervisar y dirigir las actividades de adoctrinamiento.
- Premios y castigos: Se crea un ambiente de recompensas y sanciones, donde los estudiantes que demuestran mayor alineación con la ideología del régimen son premiados, mientras que aquellos que cuestionan o muestran desinterés son marginados o castigados.
- Involucramiento de la comunidad: Se busca involucrar a las familias y la comunidad en estas actividades, creando una red de control social que refuerza la propaganda sandinista desde el hogar hasta la escuela.
Dictadura de Ortega y Murillo y legado criminal del FSLN
Desde su regreso al poder en 2007, Daniel Ortega y Rosario Murillo han instaurado un régimen autoritario en Nicaragua, caracterizado por la represión de la oposición, el control de los medios de comunicación y la eliminación de cualquier forma de disidencia.
La situación se agravó notablemente en 2018, cuando el régimen respondió con violencia a las protestas masivas que exigían su renuncia, asesinando a 355 personas, hiriendo a más de 4,000 y torturando, violando, desapareciendo y desterrando a cientos de miles.
Desde entonces, Ortega y Murillo son acusados de crímenes de lesa humanidad, incluyendo asesinatos, torturas y desapariciones forzadas.
Este nuevo programa educativo es solo una extensión de las tácticas represivas del régimen, que busca asegurarse de que ninguna voz crítica emerja en las futuras generaciones, dicen los denunciantes.
Al manipular la educación de los niños y jóvenes, Ortega y Murillo están sembrando las semillas de una sociedad sumisa y adoctrinada, dispuesta a perpetuar su poder a la familia de la dictadura.