Harold Rocha, asesor gubernamental en Estados Unidos, dijo en Café con Voz que la propuesta de Ley Renacer impulsada por el congreso norteamericano, viene a ser más dura que la Ley Nica Act y con ella se deja un mensaje claro que la administración Biden será más energética que la de Trump en sancionar a los violadores de derechos humanos y dictadores.
El proyecto de Ley Demócrata-Republicana que proponen los congresistas estadounidenses para presionar al régimen de Daniel Ortega a hacer elecciones democráticas, denominada “Ley de Reforzamiento de la Adherencia de Nicaragua a las Condiciones para la Reforma Electoral (RENACER)”, viene a ser más fuerte que la aprobada en 2018 llamada Nica Act, dijo este martes el catedrático y ex presidente de Nicaraguan For American Center For Democracy, el nicaragüense Harold Rocha.
“Creo que hay que prestar atención a esta ley viene a reforzar la Nica Act, amplía los supuestos que el gobierno de los Estados Unidos puede intervenir en cuanto a la democracia, la iniciativa de ley viene con mensajes altos y claros, para el Gobierno (de Ortega) y pueblo (nicaragüense), para la oposición y para la comunidad internacional… la Ley es bastante detallada y estructurada para poder impulsar la utilización de todas las herramientas, empieza con la resolución de la Asamblea General de la OEA, en la que manifiestan la preocupación de todo el hemisferio por la situación de los presos políticos”, dijo en la entrevista central del programa Café con Voz.
Rocha, quien también se desempeña como asesor del partido demócrata de los Estados Unidos aseveró que llama la atención que ambos partidos estadounidenses, se unan para apuntar directamente a Nicaragua y restablecer la democracia en este país.
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Estados Unidos quiere reformas verdaderas y no cosméticas
Para este abogado de profesión, con esta iniciativa de Ley, Estados Unidos busca presionar al régimen de Ortega para que en Nicaragua se acelere el proceso de reformas electorales considerando para los cambios las voces de los movimientos opositores que emergieron de las protestas de abril de 2018 y no solo con los partidos con representación en el parlamento controlado por el sandinismo.
“El congreso hace ver que se necesitan reformas que no solo digan que se va a renovar el Consejo Supremo Electora… el congreso hace ver de que esas reformas no solo pueden ser cosméticas o superficiales, y si el plazo se agota y las reformas no son satisfactorias, dependerá de las circunstancias”, dijo Rocha.
Además, la Ley Renacer deja claro que quienes interfieran u obstruyan el establecimiento de las condiciones necesarias para la realización de elecciones libres, justas y transparentes en Nicaragua, podrían ser castigados con fuertes sanciones no solo de Estados Unidos, sino de todos los países de la Unión Europea, Canada y Latinoamérica.
“Se contempla sancionar a cualquier persona natural o jurídica que interfiera en el proceso democrático para Nicaragua… El Congreso y el Ejecutivo estadounidense responderán en coordinación con la comunidad internacional, buscarán convergencia y coordinación con América Latina y el Caribe y con el sistema de Naciones Unidas”, mencionó.
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Nicaragua no es Cuba ni Venezuela
En cuanto a la presión especial para el régimen de Daniel Ortega para democratizar Nicaragua, Rocha aseguró que este país se vuelve en el nuevo foco de los Estados Unidos, debido a que a esa potencia no le conviene que en Latinoamérica no se establezca una tercera dictadura, a como ocurre en Venezuela con Nicolás Maduro y en Cuba con los Castro, quienes están detrás de Miguel Díaz Canel.
“Si bien es cierto que hay paralelos con Venezuela, pero hay que tener en cuenta que Nicaragua se ve hoy desde un prisma regional centroamericano; por tanto requieren una solución más compleja e individualizada”, enfatizó.
La Ley Renacer impulsada por un congreso bipartidista también busca apretar tuerca de financiamiento de las entidades financieras internacionales para Nicaragua, incluyendo las donaciones o prestamos para atender emergencias sanitarias y embates de fenómenos naturales.
Harold Rocha: “Esta Ley llama para revisar el mecanismo de financiación multilateral y dice que va a buscar a fiscalizar los créditos del Banco Interamericano y el Banco Mundial, el mecanismo debe de procurar siempre a no afectar al pueblo nicaragüense, sino a los que están cometiendo actos de corrupción o violación a los derechos humanos; esta Ley menciona como uno de los hechos relevante el impacto económico y humano de los dos huracanes, dice que hay que tener una mayor fiscalización de los recursos que vayan a conceder los organismos multilaterales, y ordena a las agencias a tener mayor control para saber si los fondos serán destinados para los fines humanitarios… Creo que el mensaje que se está enviando es que intentarán ser más energéticos”, sostuvo.
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EEUU podría dejar de comprar productor nicaragüenses
Según Rocha, el Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos y Centroamérica, conocido como Dr-Cafta, no contempla una cláusula democrática a como lo tiene el Acuerdo de Asociación (ADA) de la Unión Europea (UE), pero el ejecutivo al mando de Joe Biden, tiene facultades que le confieren las leyes norteamericanas para dejar de comprar productos nicaragüenses y de esa manera dejar de un lado indirectamente a este país de las naciones que exportan productos y servicios para Washington.
Eso conllevaría a dejar de percibir unos 1,500 millones de dólares anuales en concepto de exportaciones al primer y principal comprador de productos nacionales a como es Estados Unidos, según directivos de la Asociación de Productores y Exportadores de Nicaragua (APEN).
“El Cafta es un acuerdo comercial y no contiene una cláusula democrática como la contiene el Acuerdo de Asociación Europea; no hay un proceso para sancionar, suspender o expulsar a un Estado miembro, sin embargo, existe dentro del sistema jurídico estadounidense, leyes que permiten al Ejecutivo imponer ciertas sanciones económicas dirigidas a cualquier factor que signifique una amenaza, expulsar a Nicaragua del área de libre comercio, eso requeriría una negociación y no lo veo viable”, estimó Rocha.
Oposición debe unirse, sino compartirán responsabilidad con Ortega
En cuanto a la unidad y el papel que juega actualmente la oposición en no unirse en un solo bloque, Rocha manifestó que si la disidencia no se unifica, estarán perdiendo la oportunidad de democratizar al país y coadyuvando a la permanencia del régimen de Ortega, compartiendo responsabilidad del deterioro de la institucionalidad del país.
“Si la oposición falla, será difícil que la comunidad internacional siga culpando al Gobierno de Nicaragua, si la unidad no se da, la responsabilidad será compartida, la solución del conflicto no está ni en Washington, ni en Bruselas, ni en Madrid, está en Managua”, finalizó el experto.
De acuerdo con Rocha, la Ley Renacer estaría aprobada a más tardar entre mayo y junio de este año.