Unos 800 presos que estaban condenadas por delitos comunes fueron liberados este 25 de marzo con la figura de «convivencia familiar» por la dictadura de Daniel Ortega, siguiendo así la campaña política del régimen de querer presentarse como «benevolente», aunque se muestra implacable contra la población opositora que le reclama justicia y democracia.
La excarcelación fue informada por el Ministerio de Gobernación y los medios de la propaganda del régimen.
Ortega se niega a liberar a los más de cien presos políticos a quiénes la Policía Sandinista detuvo, y el sistema judicial y la Fiscalía ha sometido a juicios con falsas acusaciones por su participación en las protestas antigubernamentales, que iniciaron en abril del 2018. La mayoría de los reos políticos ahora son acusados de narcotráfico, un delito inventado por los fiscales y la policía ya que no les han encontrado pruebas, según han denunciado los familiares de los detenidos y los organismos defensores de derechos humanos que les asisten.
La excusa para excarcelar a los 800 presos comunes es para que puedan «reencontrarse» con sus familias en la Semana Santa, que inicia a partir del sábado 27 de marzo al 4 de abril, según publicaron medios de la propaganda del régimen sandinista.
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Diversos sectores de la sociedad han criticado a Ortega porque ha excarcelado a más de 18 mil presos comunes, con los 800 liberados hoy, debido a que entre ellos hay personas sentenciadas por violaciones a mujeres, niños, adolescentes, así como por asesinatos atroces, narcotráfico y crimen organizado. Estos delitos graves están prohibidos en la Constitución y la Ley Penal de Nicaragua para gozar de beneficio de reducción de penas o la convivencia familiar, sin embargo el régimen pasa por encima de las leyes.
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La liberación de tantos presos comunes ha sido señalado por organizaciones sociales nicaragüenses como la causa del incremento de la delincuencia en el país centroamericano en el último año.